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Tener un trabajo cambia vidas, especialmente cuando hablamos de personas con discapacidad. Además de mejorar su salud y bienestar, su inclusión laboral impulsa la economía, reduce costes sociales y fortalece la cohesión. En un mundo que transita hacia modelos más sostenibles, garantizar este derecho es imprescindible. Así lo destaca una publicación elaborada por BBVA, entidad comprometida con los derechos humanos y la inclusión en el ámbito laboral.
Empleo inclusivo, la clave para una economía más justa y sostenible

El acceso al empleo no solo mejora la calidad de vida de las personas con discapacidad, sino que también representa un pilar fundamental en la construcción de una sociedad más cohesionada y sostenible. En España, cerca de 540.000 personas con discapacidad tienen trabajo, un 55 % más que hace una década, según datos recogidos por BBVA. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer: más del 64 % de las personas con discapacidad en edad de trabajar ni tiene ni busca empleo.

“El trabajo es un derecho humano fundamental”, recuerda Antonio Sánchez de Amo, presidente de la Asociación de Personas con Discapacidad Verdiblanca (Almería), y subraya que su ejercicio permite a estas personas contribuir activamente en sus comunidades.

La inclusión laboral, además, repercute en la economía y en el tejido empresarial. Según la Fundación ONCE, el empleo mejora significativamente el nivel de inclusión social de este colectivo: pasa de 76,9 a 90,5 puntos sobre 100 en parámetros como las relaciones sociales, el bienestar emocional y la autonomía económica.

América Latina: avances incipientes y grandes desafíos

Mientras en Europa las políticas públicas avanzan en garantizar cuotas de empleo y apoyos a la contratación, en América Latina la inclusión laboral de personas con discapacidad aún es una asignatura pendiente. Según la Encuesta Latinoamericana sobre Discapacidad (ELADis), el 72,9 % de este colectivo está desempleado y casi la mitad señala que su discapacidad es la principal barrera para conseguir un empleo.

La región presenta marcadas diferencias: mientras que Perú alcanza una tasa de empleo del 44,4 %, Colombia apenas llega al 22 %. A pesar de estas cifras preocupantes, algunos países empiezan a implementar normativas que exigen a empresas y organismos públicos reservar un porcentaje de puestos de trabajo para personas con discapacidad, una fórmula también aplicada en Europa.

El impacto en empresas y administraciones

Los beneficios de la inclusión laboral son múltiples. Para las empresas, contratar personas con discapacidad mejora el clima laboral, aumenta la diversidad y refuerza el compromiso social. Un análisis de la Fundación ONCE reveló que el 100 % de las compañías entrevistadas percibió mejoras en motivación y ambiente, mientras que el 80 % notó mayor estabilidad en sus plantillas.

Desde el punto de vista económico, la administración también gana. Solo en 20 empresas analizadas, la inclusión laboral generó un ahorro superior a los 19 millones de euros para el Estado. Esto demuestra que la integración no es solo una cuestión ética, sino también una inversión inteligente y sostenible.

Centros especiales de empleo: una fórmula eficaz en España

En el contexto español, destacan los centros especiales de empleo, en los que al menos el 70 % de la plantilla está compuesta por personas con discapacidad. Son una herramienta clave para la inserción laboral, por encima incluso del sector público, según destaca Sánchez de Amo. Aun así, señala que el verdadero desafío es extender la inclusión al ámbito de las empresas ordinarias, para lograr una integración real y duradera. 

La inserción laboral de personas con discapacidad es, sin duda, uno de los grandes desafíos del presente. No se trata solo de cumplir con normativas o de mejorar indicadores sociales. Es, sobre todo, una cuestión de justicia. Tal como señala Eurofound, crear mercados laborales más inclusivos favorece el uso eficiente de todos los talentos disponibles, reduce la presión sobre los sistemas de asistencia y fortalece la cohesión social.

A nivel global, urge pasar de las buenas intenciones a las acciones concretas. Y en ese camino, como subraya BBVA, es fundamental el compromiso del sector privado para construir entornos laborales más diversos, equitativos y sostenibles. Porque cuando se apuesta por la inclusión, ganamos todos.

 

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