El nuevo plan retoma el legado de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995, considerada un hito en la lucha por los derechos de las mujeres. No obstante, casi tres décadas después, la comunidad internacional reconoce que los avances han sido insuficientes para garantizar la equidad real en todos los ámbitos de la sociedad.
Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU Mujeres, destacó la urgencia de pasar de las promesas a los hechos: «Es el momento de actuar. No podemos permitirnos retrocesos. Debemos transformar los compromisos en resultados tangibles».
La Agenda de Acción de Pekín+30 se centra en áreas prioritarias para lograr un cambio estructural en favor de la igualdad de género. Entre sus objetivos destacan:
El lanzamiento de esta agenda se produce en un contexto en el que los desafíos persisten: las mujeres continúan sufriendo violencia de género, enfrentan barreras económicas y laborales y siguen infrarrepresentadas en los espacios de poder. Además, el impacto del cambio climático agrava aún más las desigualdades existentes.
La presentación de este nuevo programa de acción busca alinear los compromisos internacionales con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, con el horizonte puesto en 2030. Para ello, los Estados miembros están llamados a integrar esta hoja de ruta en sus políticas nacionales y a destinar recursos concretos que garanticen su cumplimiento.
Con la CSW69 en pleno desarrollo hasta el 21 de marzo, el llamado a la acción de Naciones Unidas es claro: avanzar sin dilaciones hacia un mundo más justo e igualitario para todas las mujeres y niñas.