El cierre de un año siempre invita a la reflexión y a plantearse nuevos propósitos. En el caso de las personas con discapacidad, sus prioridades están claras: acceso a una vivienda digna y a un empleo que garantice autonomía e inclusión. Estas conclusiones se desprenden delel 5º informe Discapacidad y expectativas para el nuevo año, elaborado por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco, con el apoyo de Smurfit Westrock, tras encuestar a más de 300 personas con discapacidad.
Vivienda y empleo, pilares fundamentales para una vida digna
De los resultados del informe se desprende que el 94% de las personas encuestadas sitúan la vivienda y el empleo en los primeros lugares de su lista de deseos para 2025. Estas dos necesidades son vistas como la base para lograr una vida autónoma, segura y lo más integrada posible en la sociedad. Sin embargo, las cifras actuales evidencian que todavía hay importantes barreras por superar.
En el ámbito de la vivienda, apenas un 25% de los hogares en España son accesibles según datos del Observatorio Estatal de la Discapacidad, lo que dificulta que las personas con discapacidad puedan independizarse o vivir en condiciones adecuadas. Además, el coste de adaptar una vivienda supone un obstáculo adicional, agravado por la situación laboral precaria que enfrentan muchas de ellas.
Por otro lado, el empleo es visto como una herramienta clave para alcanzar una mayor independencia económica, autoestima y reconocimiento social. Pese a los avances logrados en la última década, con un récord de 538.717 personas con discapacidad ocupadas (datos INE 2022), el reto de la inclusión laboral sigue siendo considerable. La mayoría de los contratos se firman en entornos protegidos, como los Centros Especiales de Empleo, mientras que solo un 27% de los trabajadores con discapacidad están empleados en la empresa ordinaria.
Retos laborales: discriminación y falta de oportunidades
El informe también pone el foco en las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad a la hora de buscar empleo. El 73% de las personas en situación de desempleo afirma haber sentido discriminación durante los procesos de selección. Este porcentaje, aunque disminuye cuando las personas están empleadas (59%), refleja la necesidad de seguir sensibilizando a las empresas para combatir los prejuicios y crear entornos laborales realmente inclusivos.
Además de la discriminación, la brecha formativa sigue siendo otro de los grandes desafíos. Menos del 31% de las personas con discapacidad alcanzan estudios superiores, frente al 47% de la población sin discapacidad. Esta situación limita sus posibilidades de acceder a empleos cualificados y con mejores condiciones. La formación, por tanto, se revela como un área clave para mejorar las oportunidades laborales.
Un horizonte optimista: ¿cómo ven el futuro?
A pesar de los desafíos, la mayoría de las personas con discapacidad encuestadas (71%) cree que el pleno empleo es un objetivo alcanzable en la próxima década. Un 42% opina que en 2025 se darán pasos significativos en esta dirección, gracias al aumento de la sensibilización, las políticas de diversidad en las empresas y las mejores oportunidades de formación.
No obstante, el informe también recoge las demandas de las personas con discapacidad para lograr un empleo ideal: un buen ambiente laboral (65%), una remuneración justa (53%) y una mayor sensibilización hacia la discapacidad (43%). Otros aspectos como la flexibilidad, el teletrabajo y la formación continua también son señalados como prioridades.
Liderazgo inclusivo: ¿qué buscan en un jefe ideal?
Otro punto destacado del informe es la percepción de liderazgo inclusivo. La empatía (82%), la honestidad (58%) y la humildad (55%) son las cualidades más valoradas en un jefe o jefa ideal, según las personas encuestadas. Estas cualidades representan un liderazgo que favorece la igualdad de oportunidades, fomenta un clima de confianza y combate las actitudes paternalistas.
En definitiva, aunque las personas con discapacidad han logrado importantes avances en las últimas décadas, el informe evidencia que todavía queda un largo camino por recorrer para lograr una inclusión real. La vivienda y el empleo siguen siendo asignaturas pendientes, pero también son los motores de esperanza para un futuro más justo e igualitario.