El Estudio Anual de Inversión Sostenible y Responsable (ISR) 2024, elaborado por Spainsif, presenta un cambio de paradigma en la medición y clasificación de las inversiones sostenibles en España. La introducción de la nueva metodología impulsada por Eurosif, en colaboración con la Universidad de Hamburgo y AIR (Advanced Impact Research), marca una evolución significativa en la forma de analizar el impacto financiero sostenible. Esta metodología, que se centra en la ambición de las estrategias de inversión para contribuir a una economía más sostenible, ha permitido identificar un total de 236.894 millones de euros en inversiones relacionadas con la sostenibilidad en el mercado español.
El informe adopta un esquema renovado que clasifica las inversiones en cuatro categorías: Inversiones ASG (factores ambientales, sociales y de gobernanza), Inversiones ASG avanzadas, Inversiones alineadas con el impacto e Inversiones generadoras de impacto. La mayoría del capital identificado, un 88 % (207.544 millones de euros), corresponde a inversiones ASG. Las Inversiones ASG avanzadas representan el 7 % (16.197 millones), mientras que las alineadas con el impacto alcanzan el 5 % (12.784 millones). Por otro lado, las inversiones generadoras de impacto, que exigen cumplir simultáneamente tres criterios estrictos de medición, aportan 369 millones de euros, apenas un 0,16 % del total. A pesar de su modesta representación, estas últimas destacan por su capacidad para demostrar contribuciones tangibles, ya sea mediante estrategias de gestión activa, asignación de capital o capacitación empresarial. Si se consideraran métricas menos estrictas, el volumen podría elevarse hasta los 4.449 millones de euros, lo que supondría un 1,88 % del total.
El estudio recoge las respuestas de 42 entidades gestoras y propietarias de activos, de las cuales 27 son nacionales y 15 internacionales. Las entidades españolas gestionan el 84 % del total de activos del mercado de inversión colectiva nacional (411.333 millones de euros), alcanzando un máximo histórico en la representatividad de la muestra. Las internacionales, por su parte, destacan por la sofisticación de sus estrategias, como el uso más avanzado de herramientas de engagement y medición de impacto, así como una mayor integración transversal de equipos especializados en sostenibilidad.
Según se observa en los resultados de la publicacioón, las estrategias de exclusión (screening negativo) son ampliamente aplicadas por las entidades nacionales, superando el 80 %. En particular, se excluyen empresas vinculadas con armas controvertidas, violaciones de derechos humanos y regímenes dictatoriales. Entre las normativas más utilizadas destacan los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos y las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.
En cuanto al screening positivo, el medio ambiente lidera las prioridades de inversión, con énfasis en energías renovables, eficiencia energética, economía circular y movilidad sostenible. Sin embargo, las temáticas sociales como inclusión financiera o vivienda social tienen menor presencia, salvo en el caso de salud y bienestar, que ocupa una posición destacada, especialmente entre las entidades internacionales.
Impacto de la regulación y perspectivas futuras
La legislación europea se confirma como el principal motor del mercado ISR. Este año, la SFDR (Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles) toma la delantera frente a la Taxonomía Ambiental, seguida de la Directiva de Información Corporativa en Sostenibilidad (CSRD) y las Normas Europeas de Información de Sostenibilidad (ESRS). También gana relevancia la Directiva de Debida Diligencia en Sostenibilidad Corporativa (CSDDD), aprobada en abril de 2024, señalada como clave por un tercio de las entidades.
A pesar de un ajuste en las proyecciones de crecimiento a corto plazo, el sector mantiene expectativas optimistas a medio y largo plazo. Las entidades internacionales se muestran más confiadas que las nacionales en la expansión futura de la ISR, mientras que la falta de medición y divulgación del impacto sigue siendo el principal desafío identificado para fomentar las inversiones de impacto.
El informe de Spainsif subraya que 2024 será un año crucial para consolidar la ISR en España, no solo por el volumen de inversiones, sino también por la transformación metodológica y regulatoria que permitirá un mayor rigor y transparencia en el mercado. Aunque las estrategias avanzadas y las inversiones de impacto aún tienen un recorrido limitado, el marco normativo y el interés creciente de los inversores institucionales auguran un desarrollo sostenido del sector en los próximos años.