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El 86% de las personas con discapacidad considera que la inteligencia artificial (IA) podría mejorar su calidad de vida, según revela un nuevo informe elaborado por Randstad Research y Fundación Randstad. A pesar de la actitud positiva general hacia esta tecnología, persisten retos importantes que limitan su impacto real en la vida cotidiana, lo que plantea interrogantes sobre el acceso igualitario y la efectividad de su implementación.
La IA ¿Aliada de las personas con discapacidad?

La IA, entre el optimismo y la cautela

El informe, titulado La inteligencia artificial desde la perspectiva de las personas con discapacidad,elaborado por Randstad Research y Fundación Randstad, refleja una visión mayoritariamente optimista por parte de los encuestados, con un 45% de ellos que anticipa un impacto significativo de la IA en sus vidas y otro 41% que espera mejoras moderadas. Sin embargo, la brecha entre el potencial y la realidad aún es notoria. Aunque el 82% de las personas con discapacidad mantiene una actitud favorable hacia la tecnología, solo un 40% percibe mejoras tangibles en su autonomía y calidad de vida.

Las áreas en las que más se utiliza la IA actualmente incluyen la formación (62%), el entretenimiento (56%) y la comunicación (55%). Aunque estas son herramientas valiosas, las expectativas iniciales de transformar profundamente la vida de las personas con discapacidad no se han cumplido plenamente, revelando que la IA, si bien es una herramienta con mucho potencial, todavía no alcanza su máximo impacto en términos de autonomía personal.

Brechas tecnológicas y educativas

Uno de los puntos críticos que el informe pone de manifiesto es la falta de capacitación y recursos que enfrenta la población con discapacidad para aprovechar las ventajas de la IA. La insuficiente formación es una de las principales barreras que encuentran los usuarios, mencionada por un 50% de los encuestados, mientras que la falta de información y el acceso limitado a los recursos necesarios para implementar estas tecnologías son señalados por el 54%. Además, las preocupaciones sobre la privacidad (38%) y la falta de medios económicos (28%) subrayan una problemática estructural que requiere atención urgente.

La directora de la Fundación Randstad, María Viver, subraya que es necesario actuar en dos frentes: mejorar la formación de las personas con discapacidad en el uso de IA y asegurar que las aplicaciones tecnológicas diseñadas respondan eficazmente a sus necesidades. La implementación de la IA debe ir más allá de la promesa de mejoras en la eficiencia, centrando su impacto en el bienestar real de las personas.

Retos pendientes para una IA inclusiva

La investigación resalta que, si bien se han registrado avances en áreas como la accesibilidad a servicios y la educación, la percepción de las personas con discapacidad sugiere que aún queda mucho por hacer para que la IA se convierta en una verdadera herramienta de inclusión social y laboral. La tecnología por sí sola no resolverá los problemas de fondo si no se acompaña de políticas públicas que fomenten una implementación accesible y equitativa, así como de esfuerzos formativos que capaciten a las personas con discapacidad para utilizar estas herramientas de manera efectiva.

En definitiva, el informe de Fundación Randstad plantea un desafío para la sociedad y los responsables de diseñar políticas tecnológicas: asegurar que el futuro de la IA esté alineado con las necesidades reales de las personas con discapacidad, promoviendo una mayor inclusión y empoderamiento en todas las facetas de la vida.

 

* Puedes descargar el informe completo: Aquí 

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