En España, el grupo social de las personas sénior, ciudadanos de 55 años o más, abarca a 16 millones de individuos, constituyendo así una tercera parte de la población total del país. Este grupo, caracterizado por su diversidad generacional y los variados cambios vitales que experimenta durante los más de 30 años que en promedio abarca esta etapa, se presenta como un conjunto heterogéneo.
Indudablemente, el cese de la vida laboral activa y el inicio de la jubilación marcan una nueva y emocionante travesía en la vida de las personas mayores. Sin embargo, surge la pregunta: ¿Qué hace realmente especial a la vida sénior? ¿Cómo podemos prepararnos para las alegrías y desafíos que acompañan a esta etapa? Con el propósito de buscar claves para responder a estas interrogantes, el Instituto Santalucía, plataforma de investigación y debate del Grupo Santalucía, ha lanzado la "Guía para la (buena) vida sénior", en colaboración con LoRIS (Longevity & Retirement Income Solutions).
Esta guía recientemente publicada ofrece un recorrido por las diversas etapas de la vida sénior, desafiando las expectativas y redefiniendo lo que implica ser mayor. Concebido tanto para aquellos que ya disfrutan de la vida sénior como para quienes se están preparando para ella, este documento se presenta como un viaje de autodescubrimiento y empoderamiento.
Abordando la importancia de las necesidades vitales en este período, la guía examina los profundos cambios que experimentan las personas sénior en todas las áreas de sus vidas. Desde relaciones significativas hasta una salud vibrante, pasando por el bienestar financiero y el enriquecimiento personal; se desglosan las seis dimensiones esenciales de la vida sénior (formación, trabajo, ocio, recursos, relaciones sociales y personales, y salud). La guía ofrece pautas fundamentadas para prevenir, enfrentar, aprovechar o recuperarse de estas necesidades, presentando un decálogo al final que resume estas claves. Además, establece en diferentes niveles de importancia el peso y valor de cada dimensión, considerando distintos cortes de edad dentro de la etapa sénior.
El transcurso de la vida de una persona se encuentra salpicado por una serie de eventos, algunos accidentales, otros planificados institucionalmente (como los ciclos educativos obligatorios o la jubilación) y aquellos asumidos de manera voluntaria (como la llegada de los hijos). En el caso de aquellos que tienen 55 años o más, muchos de estos hitos están relacionados con su situación laboral y de salud. Para enfrentar los desafíos de la etapa sénior y prepararse para una vida prolongada, el Instituto Santalucía sugiere anticipar estrategias basadas en la planificación.
A los 55 años, la mayoría de los trabajadores alcanzan la cúspide de sus carreras laborales y se adentran en una nueva fase, aparentemente sin las responsabilidades previas (como hipotecas o hijos). La Guía destaca que la clave para lograr una buena vida sénior radica en organizar los recursos para satisfacer las diversas necesidades vitales. Estas incluyen la formación, ya que muchos mayores pueden necesitar actualizar sus habilidades para seguir siendo parte del mercado laboral; soluciones residenciales como el co-housing o co-living cuando se requieran cuidados a largo plazo; planificación financiera, relaciones personales y la prevención de la soledad no deseada, entre otros aspectos.
El documento también presenta recomendaciones con el objetivo de lograr una vida sénior plena. En particular, destaca la prolongación de la vida laboral y la jubilación posterior como un aspecto crucial. En España, esta prolongación laboral se ve recompensada con significativos complementos de pensión, incluso superando el máximo establecido. Además, facilita la acumulación de ahorros de último momento en caso de que la vida laboral previa no haya sido suficiente en ese sentido. La Guía también destaca la posibilidad de compatibilizar la pensión con ingresos laborales, encaminándose hacia la recuperación total del importe de la pensión, en contraposición al 50% actual.
A pesar de la importancia de la jubilación, la mayoría de las opciones actualmente disponibles son de "todo o nada", con pocas alternativas exploradas. La Guía sugiere que una buena preparación para la jubilación podría prevenir sorpresas desagradables, señalando que las empresas tienden a descuidar la preparación de sus empleados sénior, probablemente porque estos también descuidan este aspecto, perpetuando esta falta de consideración incluso en organizaciones sindicales.
En última instancia, la vida sénior se presenta como un viaje lleno de posibilidades. La preparación para esta etapa, centrada en gran medida en la jubilación, no debería ser una idea distante o una preocupación tardía, sino más bien una perspectiva que abrazamos con el mismo entusiasmo con el que cuidamos nuestras pensiones. La "Guía para la (buena) vida sénior" del Instituto Santalucía ofrece una visión de cómo anticipar un futuro compartido, recibirlo con ilusión y enfrentarlo sin incertidumbre.
José Manuel Jiménez Rodríguez, Director del Instituto Santalucía, enfatiza: "Con la publicación de la 'Guía para la (buena) vida sénior', desde el Instituto Santalucía buscamos destacar la importancia de no postergar la preparación para esta etapa vital. Deberíamos ubicar la preparación para la vida sénior, especialmente la jubilación, al mismo nivel de preocupación que todos compartimos por el futuro de las pensiones, evitando esperar al último momento para evitar sorpresas".