La emisión de dióxido de carbono (CO2) están llegando a niveles global en máximos históricos. Esto se ha convertido en una preocupación importante debido a su contribución al cambio climático y al calentamiento global. Estas emisiones provienen principalmente de la quema de combustibles fósiles, como carbón, petróleo y gas natural, para la generación de energía, la industria y el transporte.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó este miércoles un informe que revela que los gobiernos tienen previsto producir en 2030 alrededor de un 110% más de combustibles fósiles. Elaborado por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo (SEI), Análisis Climático, E3G, el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible y el PNUMA, el informe sobre La Brecha de Producción 2023 evalúa la producción planificada y prevista de carbón, petróleo y gas de los gobiernos en comparación con los niveles mundiales coherentes con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París.
A partir de esta investigación, la agencia de medioambiente especifica de que esta proyección tiene lugar a pesar de que 151 gobiernos nacionales se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero y de que las últimas previsiones sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo esta década. El PNUMA especifica de que esta proyección tiene lugar a pesar de que 151 gobiernos nacionales se han comprometido a alcanzar emisiones netas cero y de que las últimas previsiones sugieren que la demanda mundial de carbón, petróleo y gas alcanzará su punto máximo esta década.
El estudio sostiene que, en conjunto, los planes de los gobiernos conducirían a un aumento de la producción mundial de carbón hasta 2030, y de la producción mundial de petróleo y gas al menos hasta 2050, creando con el tiempo una brecha cada vez mayor en la producción de combustibles fósiles. Ante estas previsiones, el Secretario General declaró que “los líderes deben actuar ahora para salvar a la humanidad de los peores efectos del caos climático y aprovechar los extraordinarios beneficios de las energías renovables. Esto significa acabar con nuestra adicción a los combustibles fósiles reduciendo la oferta y la demanda y acelerando la revolución de las energías renovables, como parte de una transición justa”.
Asimismo, la agencia de medioambiente enfatizó que julio de 2023 fue el mes más caluroso jamás registrado, y muy probablemente el más caluroso de los últimos 120.000 años, según los científicos. Además, en todo el mundo, olas de calor, sequías, incendios forestales, tormentas e inundaciones están costando vidas y medios de subsistencia. Las emisiones mundiales de dióxido de carbono, casi el 90% de las cuales proceden de combustibles fósiles, alcanzaron máximos históricos en 2021 y 2022, señaló el PNUMA.
Sin dudas, abordar el problema de las emisiones de CO2 requiere un enfoque global y coordinado que incluya medidas para mejorar la eficiencia energética, fomentar el uso de energías renovables, promover prácticas sostenibles en la industria y el transporte, y establecer políticas que limiten las emisiones. La conciencia pública y la presión para la adopción de medidas climáticas también desempeñan un papel crucial en la mitigación de las emisiones de CO2. En esta línea, el informe concluye que, dados los riesgos e incertidumbres de la captura y almacenamiento de carbono y la eliminación de dióxido de carbono, los países deberían aspirar a una eliminación casi total de la producción y uso de carbón para 2040, y a una reducción combinada de la producción y uso de petróleo y gas en tres cuartas partes para 2050 respecto a los niveles de 2020, como mínimo. Aunque 17 de los 20 países presentados se han comprometido a lograr emisiones netas cero, y muchos han puesto en marcha iniciativas para reducir las emisiones de las actividades de producción de combustibles fósiles, ninguno se ha comprometido a reducir la producción de carbón, petróleo y gas en consonancia con la limitación del calentamiento a 1,5 °C.