El mundo está cambiando vertiginosamente, y, con él, también las empresas. En el contexto actual, marcado por la transformación hacia un futuro lleno de incógnitas, el informe “Nueva cultura y liderazgo para un entorno complejo. Claves para rediseñar las organizaciones del futuro”, elaborado por la Fundación máshumano, junto con Picnic, LLYC, DDB y Sagardoy Business & Law School, y en el que ha colaborado Almudena Díez, directora de Diario Responsable, pretende aportar cierta luz a las empresas en cuestiones estratégicas relacionadas con el contexto actual, el replanteamiento de su propósito y cultura empresarial, y sobre cuáles serán los nuevos modelos de liderazgo necesarios para atraer y fidelizar al mejor talento, en un momento donde hay una creciente escasez de talento y un aumento de la rotación, y las personas demandan mayor flexibilidad, confianza y autonomía.
Sin dudas, no existe una única respuesta a estos interrogantes, aún así, el análisis presenta algunas claves sobre cuáles son los atributos que deberá tener el nuevo líder; cómo las empresas tendrán que reformular su propósito para alinearlo con los objetivos y valores de las personas, así como diseñar una nueva propuesta de valor diferenciadora, segmentada y personalizada. Por otra parte, el informe también incluye reflexiones acerca de la necesidad de gestionar equipos en entornos híbridos y deslocalizados, y de explorar nuevas formas de trabajar y de relacionarse cambiando la cultura para que el compromiso, la colaboración y el orgullo de pertenencia no se resientan. Por último, también refleja la importancia de integrar la tecnología, potenciando a la vez el despliegue de las habilidades más genuinamente humanas, como el pensamiento crítico o creativo.
Los expertos a cargo del estudio plantean que el surgimiento de un nuevo tipo de liderazgo en las empresas e instituciones de producción, un modelo humanizado y sensible a las demandas de sus profesionales, es quizás la más tangible de las cuestiones que ha dejado planteadas la pandemia. La irrupción de nuevas formas de trabajo, y en concreto de fórmulas flexibles como manera de atajar la expansión del virus, un fenómeno que ha contribuido a reducir la contaminación, el tiempo de desplazamiento y a aminorar los gastos empresariales en alquileres y mantenimiento de oficinas, ha obligado a pensar en escenarios nuevos y fórmulas más flexibles en el mundo de organizar la actividad laboral, explican los especialistas de Fundación máshumano.
En este sentido, el documento deja en claro que la idea de desarrollar y promover un reformulado “contrato psicológico” entre empleador y empleado, de un intercambio honesto entre el talento que ofrecen los profesionales y las propuestas de valor que hacen las organizaciones, es la clave para comprender cómo ha de ser el nuevo prototipo de líder #stayhuman y de los retos que debe asumir para combinar beneficios económicos con beneficios humanos y planetarios.
¿Cómo deben ser los nuevos líderes?
En primer lugar, la publicación propone que, con respecto a los empleados de la organización, el nuevo liderazgo tiene una serie de retos tan fascinantes como prometedores, muchos de los cuales ya son realidad en algunas compañías:
En segundo lugar, en cuanto al modelo de negocio que gestiona, el nuevo liderazgo ha de desplegar todas sus habilidades para combinar la rentabilidad de su organización con la sostenibilidad del proyecto, en todos los sentidos:
En tercer lugar, por lo que se refiere a una nueva cultura de gestión, esa figura del líder emergente debe:
Entre otras conclusiones, el informe afirma que las organizaciones basadas en control jerárquico desconfiado y con alta exigencia y presión sobre resultados pueden tener consecuencias desfavorables al impactar negativamente sobre las personas, donde se percibe una mayor demanda de flexibilidad, autonomía, desarrollo y contrato emocional. Por eso existen empresas, prioritariamente las que no dependen de estrategias centradas en el corto y más basadas en ser sostenibles en el largo plazo, que sí demuestran una mayor preocupación por las personas. Para ello, impulsan culturas corporativas más centradas en el bienestar de las personas, poniendo especial foco en el liderazgo y en los equipos y promoviendo la autonomía, confianza, responsabilidad y empoderamiento de las personas, la colaboración y la agilidad.
Por último, la investigación sostiene que la 4ª Revolución industrial en la que ya estamos inmersos, sin duda requerirá de nuevos comportamientos y de una nueva forma de liderar, que casualmente, y “por accidente”, coincide en muchos aspectos con la cultura y comportamientos derivados de las nuevas formas de trabajar desarrolladas durante la pandemia y que han provocado una profunda transformación. Tanto la 4ª Revolución Industrial como los nuevos modelos de trabajo flexible y en remoto, confluyen en un liderazgo con unas capacidades y habilidades diferentes, para dar respuestas a las necesidades de un mundo que ha cambiado.