El cambio climático no afecta a todo el mundo por igual. Sin dudas, este perjudicará especialmente a niños, niñas y adolescentes. La crisis climática es fundamentalmente una crisis de derechos de infancia afirma el reciente estudio Índice de Riesgo Climático para la Infancia, lanzado por UNICEF en agosto pasado. Este documento advierte que casi todos los niños de la tierra están expuestos a por lo menos un riesgo, perturbación o estrés de naturaleza ambiental, como olas de calor, ciclones, contaminación atmosférica, inundaciones y escasez de agua.
El 80% de la población española vive hoy en poblaciones de más de 10 mil habitantes. De acuerdo a ONU-Hábitat, el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, hoy en día las ciudades representan alrededor del 75% del consumo energético mundial y son responsables de más del 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Por lo tanto, la forma en que las ciudades se planifican, construyen y gestionan es clave para reducir las emisiones de carbono y mantener el calentamiento global dentro de los límites establecidos por el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático de 2015
Ante esta compleja situación y con el fin de compartir ejemplos de acciones implementadas por algunas Ciudades Amigas de la Infancia en España, UNICEF llevó a cabo el pasado 20 de octubre un diálogo en el que se dio visibilidad a la centralidad que debe tener la infancia en las políticas urbanas de adaptación frente al cambio climático. En el encuentro también se presentaron algunas ideas marco para la acción.
El evento fue celebrado bajo el paraguas del Octubre Urbano 2021, la campaña global liderada por ONU-Hábitat que este año hace énfasis en la Acción Climática. El Octubre Urbano comenzó con el Día Mundial del Hábitat (el pasado 4 de octubre), enfocado en “Acelerar la acción urbana para un mundo libre de carbono”, y terminará con el Día Mundial de las Ciudades (el 31 de octubre), centrado en la “Adaptación de las ciudades para la resiliencia climática”.
En relación a tomar en cuenta a los niños, niñas y adolescentes en el diseño de las ciudades, el Informe sobre las Ciudades del Mundo 2020 de ONU-Hábitat, menciona que “a menudo la planificación urbana pasa por alto las necesidades específicas de los niños debido al pensamiento anticuado de que los niños no son capaces de contribuir al desarrollo urbano”. Con el objetivo de afrontar este y otros retos, UNICEF impulsa desde 2001 en España la iniciativa Ciudades Amigas de la Infancia. Una Ciudad Amiga de la Infancia es cualquier ciudad, pueblo, comunidad o sistema de gobierno local comprometido con el cumplimiento de los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes de acuerdo a la Convención sobre los Derechos del Niño. Por ello, como señaló Paola Bernal, especialista en políticas locales de UNICEF España “en materia de urbanismo desde Ciudades Amigas de la Infancia abogamos por una planificación y diseño de las ciudades que tenga en cuenta los derechos, las necesidades, la especial vulnerabilidad y la visión de niños y niñas. Por ello la ciudad que también debe ser un hábitat donde puedan crecer y desarrollarse. Las ciudades son el primer espacio físico donde los niños y niñas ejercen sus derechos, donde juegan, van a la escuela o a la biblioteca”.
De acuerdo a la conferencia Habitat II, que dio origen a Ciudades Amigas de la Infancia, el bienestar de los niños es el principal indicador de un hábitat saludable, una sociedad democrática y de buen gobierno. Además, ONU-Hábitat señala en el informe anteriormente citado que una ciudad que trabaja para los niños y las niñas trabaja a la vez para los residentes urbanos de todas las edades. Es por ello que al desarrollar políticas urbanas es necesario tener un enfoque de derechos de infancia. Con el fin de promover el compromiso con dicho enfoque, que a su vez lleva también a alinearse con la sostenibilidad y la resiliencia frente al cambio climático, Ciudades Amigas de la Infancia desarrolló un cuaderno para la acción titulado Propuestas para una planificación urbana sostenible y responsable con la infancia, donde uno de los principios es la sostenibilidad y la resiliencia frente al cambio climático.