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La Iniciativa Climate Bonds afirma que el 2021 será un año récord en financiación sostenible. Luego de meses de recesión económica y crisis global causada por la pandemia de coronavirus, se observa que este año ha aumentado, de manera considerable, la inversión anual en bonos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Durante el primer semestre, este tipo de inversión alcanzó los 227.800 millones de dólares. No sólo los resultados actuales son alentadores, sino que las predicciones a futuro lo son aún más. Según una investigación recientemente publicada, la emisión anual del mercado de bonos verdes podría superar la marca de 1 billón de dólares en 2023, incluso si se considera una tasa de crecimiento más modesta.
2021, el año de la Inversión Sostenible

Tras un año de malas noticias y situaciones críticas causadas por la pandemia, al fin comienza a verse la luz al final del túnel. Con la llegada de la vacuna y la mejora sanitaria en casi todos los países, pareciera que, poco a poco, la pandemia va llegando a su fin. Así, también los indicadores económicos comienzan a mostrar una mejoría. En este escenario, la Iniciativa Climate Bonds ha realizado una investigación en la cual afirma que, según las proyecciones, el tan esperado hito de un billón de dólares de inversión verde anual está a la vista en 2023.

El estudio explica que, el volumen total de bonos verdes, sociales y de sostenibilidad (ESG por sis siglas en inglés) ha alcanzado ya casi medio billón de dólares en el primer semestre de 2021. Esta cantidad representa un crecimiento interanual del 59% en el mercado de ESG con respecto al periodo equivalente de 2020.

Los bonos verdes se clasifican de acuerdo con la taxonomía de los bonos climáticos, mientras que los bonos sociales y de sostenibilidad recaudan fondos para proyectos con impactos positivos más amplios en todo el espectro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y más allá de los objetivos específicamente relacionados con el clima. Según Climate Bonds, los bonos sociales y de sostenibilidad representaron el 47% de la emisión de deuda etiquetada, con 233.300 millones de dólares emitidos en el primer semestre de 2021, un 18% más que en el primer semestre de 2020, que fue de 197.000 millones de dólares.

Los bonos emitidos bajo el tema social experimentaron el mayor aumento, ya que su volumen se cuadruplicó en el primer semestre de 2020 frente al primer semestre de 2020, pasando de 36.800 millones de dólares a 146.600 millones de dólares. La emisión de bonos de sostenibilidad también registró un 20% de crecimiento interanual. Los bonos sociales relacionados específicamente con la financiación de la mitigación y/o recuperación de COVID-19 no se emitieron en el primer semestre de este año, mientras que en el primer semestre de 2020 ascendieron a 88.000 millones de dólares.

Por su parte, los bonos vinculados a la sostenibilidad, explica la investigación, son instrumentos de deuda orientados al futuro y basados en el rendimiento. En el primer semestre de 2021, el segmento de mercado de este tipo de bonos se disparó: ascendió a 32.900 millones de dólares, lo que representa el 6% del total de emisiones de deuda etiquetada, que ascendió a 496.100 millones de dólares en el semestre

En esta misma línea, los bonos de transición están diseñados para permitir a los grandes emisores financiar su cambio hacia operaciones y estrategias más limpias y sostenibles. Cuando se construyen cuidadosamente, estos instrumentos de deuda pueden ser fundamentales para apoyar una transición global de toda la economía hacia los objetivos del Acuerdo de París. El segmento de los bonos de transición etiquetados sigue siendo incipiente. Climate Bonds identificó cinco bonos de transición (2.200 millones de dólares) emitidos en la primera mitad del año, y un total acumulado de 18 (6.400 millones de dólares) desde el inicio del mercado.

Otro aspecto importante que se desprende de la investigación es que el mercado de deuda sostenible también muestra importantes avances. Así, Climate Bonds afirma que la emisión acumulada de deuda etiquetada ha ascendido a 2,1 billones de dólares a finales del primer semestre de 2021. La emisión de instrumentos de deuda verde continuó creciendo en la primera mitad de 2021, según datos extraídos de la Base de Datos de Bonos Verdes de Climate Bonds en este período que se duplicaron con creces hasta alcanzar los 227.800 millones de dólares en comparación con el primer semestre de 2020.

De este modo, se observa que, los bonos verdes se han disparado a una tasa de crecimiento del 49% en los cinco años anteriores a 2021. El análisis de los expertos sugiere que la emisión anual del mercado de bonos verdes podría superar la marca de 1 billón de dólares en 2023, incluso si vemos una tasa de crecimiento más modesta.  

La investigación concluye que estamos asistiendo a un cambio de era en relación a la inversión. El fuerte crecimiento de la inversión sostenible está efectuando una importante presión sobre los responsables políticos para acelerar el crecimiento ecológico. Así se observa en una serie de hitos: En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra anunció un cambio en su mandato para incluir la sostenibilidad medioambiental y la transición a cero. Su programa de compra de bonos incluirá bonos verdes a finales de año para cumplir los compromisos medioambientales del Reino Unido. Su homólogo europeo, el BCE, está dando un paso más en la integración del riesgo climático al tratar de incorporar a su equipo un científico especializado en el clima.

El mismo día de abril de 2021 se publicaron la Ley Delegada de Taxonomía de la UE y la actualización del Catálogo de Proyectos Verdes del Banco Popular de China, lo que indica una mayor coordinación internacional para hacer frente al cambio climático. Pareciera ser que un futuro prometedor y verde se avecina.

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