En los últimos años las inversiones socialmente responsables y sostenibles han ido ganando terreno. Afortunadamente, cada vez es mayor la consciencia acerca de que el beneficio económico de las compañías debe ir, necesariamente, de la mano del respeto de las personas y el planeta. En este contexto, la ONG Alianza Por la Solidaridad ha desarrollado una “Guía de buenas prácticas de inversiones responsables en el Sur Global: Directrices para la protección de los derechos humanos y la sostenibilidad del planeta”. Esta busca orientar a las empresas sobre cómo lograr acciones sin daño, que protejan las vidas humanas y la naturaleza.
La guía ha sido desarrollada por agentes valencianas clave en la materia como Adoración Guamán, Directora general de Coordinación Institucional de la Vicepresidencia Segunda y Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática y Pilar Mateo, científica reconocida internacionalmente, presidenta de la empresa Inesfly, de la Fundación Pilar Mateo y fundadora del Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo. El documento recoge las principales cuestiones que hay que tener en cuenta a la hora de desarrollar inversiones en el exterior y los marcos de derechos humanos y normas, como los principios rectores, derecho a consulta, cuestiones de género e impacto ambiental que deben servir de base para cualquier inversión en el exterior.
La guía parte de la premisa acerca de que, actualmente, continúa siendo un reto global poder compatibilizar de facto la igualdad socio-económica de los países y el desarrollo sostenible y humano. En este escenario, cuyo telón de fondo es el sistema neoliberal capitalista actual, las empresas pueden – y deben- contribuir. ¿Cómo? Mediante el respeto de los derechos humanos y el medioambiente en su accionar. La investigación realizada por Alianza para la Solidaridad revela que unas de las consecuencias más graves del funcionamiento poco responsable de algunas empresas son los conflictos socio-ambientales ocasionados por compañías que violan toda norma de respeto a los Derechos Humanos, tales como el derecho a la tierra, el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas.
Es por esto, que como objetivo principal esta guía se propone recoger de manera sencilla las directrices a considerar en inversiones en el Sur Global para que sean respetuosas con el Medioambiente, los Derechos Humanos y las comunidades que habitan en dicho territorio.Asimismo, parte de la idea a cerca de que existe una gran necesidad de que exista una mayor difusión, cumplimiento y rendición de cuentas acerca de los lineamientos normativos sobre Derechos Humanos y empresas por parte de los diferentes actores públicos y privados.
Así, las y los expertos de Alianza por la Solidaridad sostienen que las actuaciones empresariales deben dar un giro a sus principales intereses, reconociendo los Derechos Humanos para así garantizan prácticas respetuosas con la naturaleza y el desarrollo económico equitativo de las comunidades. Ya se ha probado que las estrategias innovadoras basadas en el desarrollo sostenible son rentables al corto y largo plazo. Es por esto, que transformar las lógicas económicas tradicionales hacia unas que guardan un enfoque basado en Derechos Humanos deben dejar de ser una opción para convertirse en el nuevo paradigma del orden económico mundial.
A partir del análisis de la información recopilada a través de entrevistas a agentes valencianos responsables de inversiones en el exterior y una exhaustiva revisión bibliográfica, la guía, además de analizar en detalle el marco normativo internacional, nacional y autonómico, propone buenas prácticas a la hora de realizar inversiones en el Sur Global que beneficien a las poblaciones locales, y, sobre todo, reconozcan sus Derechos Humanos. Si bien la guía se enfoca en hacer recomendaciones a empresas valencianas, ciertamente, estas son trasladables a cualquier compañía que se asiente suelo español. A continuación, se citan algunas de ellas:
La guía concluye que, desde una perspectiva transformadora, las empresas son parte fundamental de la sociedad y en este sentido tienen la gran capacidad de decidir emprender sus acciones a favor del cambio hacia una economía socialmente responsable y realmente sostenible, la cual priorice la necesidad de comprender la multiplicidad de contextos a nivel global y el derecho al desarrollo en relación a la autodeterminación de los pueblos y los Derechos Humanos.