Tras el paso de la pandemia, es indiscutible que la salud ocupa un lugar cada vez más importante para los Estados. Asimismo, el sector privado se ha hecho eco de esta preocupación y el vínculo entre salud y creación de valor empresarial no ha hecho más que crecer. Conscientes de esta realidad, el ’Grupo de Acción de Salud y Sostenibilidad’, liderado por Forética y compuesto por 14 empresas ha sido constituido como primer espacio para dar seguimiento a la contribución del sector empresarial al Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (Salud y Bienestar) y además, compartir buenas prácticas empresariales en este ámbito. El Grupo de Acción constituye un punto de encuentro empresarial para el liderazgo, conocimiento y diálogo para poner en valor la salud y bienestar como un eje fundamental de la sostenibilidad de las empresas.
Para contribuir a reflexionar sobre esta temática, el grupo ha presentado la segunda edición del ‘Observatorio IBEX 35. Salud, Bienestar y Sostenibilidad en las empresas del IBEX 35’,. Este analiza cómo y en qué medida las empresas del IBEX 35 contribuyen a la salud y el bienestar a partir de la información publicada en las memorias o informes anuales correspondientes a su ejercicio 2020, con el objetivo de conocer el nivel de alineamiento de sus proyectos y servicios con el ODS 3, sus medidas de adaptación ante la COVID-19, así como la vinculación de la salud con los aspectos ESG como parte de su estrategia.
Una de las principales conclusiones que emerge del estudio es que el impacto de la crisis provocada por la COVID-19 ha provocado una creciente integración de la salud como elemento central de las estrategias empresariales. En este sentido, se detecta un incremento en el número de empresas que llevan a cabo medidas e iniciativas vinculadas al ODS 3 respecto a los datos del año anterior, pasando de un 41% en 2019 a un 54% en 2020. El mayor protagonismo de la salud y el bienestar de empleados, proveedores, clientes y consumidores durante el último año, así como las mayores expectativas por parte de los grupos de interés en este ámbito han provocado que esta temática cobre un peso creciente en la agenda social de sostenibilidad de las empresas.
Según se recoge en el Observatorio publicado por Forética en el marco del Grupo de Acción de Salud y Sostenibilidad, las empresas del IBEX 35 muestran un gran número de medidas implantadas a lo largo de 2020 para adaptarse a la situación actual, con un impacto directo en sus empleados. Favorecer y facilitar el trabajo en remoto (el 97% de las compañías), aumentar la flexibilidad para una mayor conciliación (el 91%) y ofrecer una compensación económica extra (el 29%) han sido algunas de las medidas más comunes que han implantado las organizaciones en este contexto.
El estudio concluye que, entre las medidas identificadas en relación a los grupos de interés, el 97% han realizado donaciones a entidades sociales para apoyar a los más desfavorecidos durante la pandemia y el 77% han desarrollado actividades de voluntariado corporativo como parte de sus acciones de compromiso con la sociedad.
El compromiso de las organizaciones con la salud y el bienestar de sus stakeholders tiene un impacto directo en su sostenibilidad. Tal vinculación se refleja en los tres pilares del enfoque ESG (Ambiental, Social y Buen gobierno). A partir de la revisión de las memorias realizada se han identificado indicadores concretos para cada uno de los tres pilares: En primer lugar, en materia ambiental, se observa que el 29% de las empresas analizadas vinculan sus acciones de respuesta al cambio climático con su impacto en la salud humana. La salud del planeta y de las personas es un elemento muy relevante a la hora de abordar la acción por el clima. En el caso de las empresas, realizar esta vinculación y abordar estos dos asuntos de forma integrada presenta algunas dificultades: falta de vinculación con el negocio, temas sociales y ambientales no integrados o ausencia de estrategia conjunta.
En segundo lugar, en el ámbito social, el informe destaca el hecho de que las empresas y los empleados están hablando cada vez más abiertamente sobre la salud mental como resultado de la COVID-19, debido al impacto socio-económico de la crisis, la digitalización acelerada y el cambio en los modelos de trabajo. En este sentido, el 36% de las empresas analizadas cuentan con algún programa específico sobre salud mental para sus empleados. El informe explica que integrar buenas prácticas de salud mental en el lugar de trabajo no debería limitarse a la labor del área de Recursos Humanos sino integrarse en todos los elementos del modelo operacional de la compañía incluyendo su cultura organizacional. Este enfoque puede servir para apoyar la salud mental de los trabajadores e incrementar el nivel de satisfacción de la plantilla.
Por último, en el eje de buen gobierno, el 36% de estas empresas muestran objetivos en salud y seguridad vinculada a la remuneración de la alta dirección. Al respecto, el documenta destaca que existe una necesidad de invertir en la salud y bienestar desde un enfoque holístico, una tendencia que se ha visto reforzada a raíz de la pandemia. La gestión de riesgos reputacionales o las crecientes demandas en materia de reporting son algunas de las palancas que permiten entender este nuevo contexto. Pero sin duda uno de los factores clave es el creciente interés de los inversores en los temas sociales del enfoque ESG.
Evidentemente, el vínculo entre salud y creación de valor empresarial es cada vez más sólido. Al respecto, Verónica García, Responsable del Grupo de Acción de Salud y Sostenibilidad de Forética, expresó: “En lo relativo a los avances en salud y el estado del ODS 3, antes de la crisis los resultados ya mostraban importantes retos a la hora de lograr su consecución para 2030 y la actual crisis los ha evidenciado más todavía. En este contexto, el compromiso de las organizaciones con la salud y el bienestar de sus grupos de interés tiene un impacto directo en su supervivencia a largo plazo. Hemos identificado que aquellas empresas con una mayor presencia de los asuntos de salud y sostenibilidad en sus planes de acción han demostrado mayor resiliencia y un mejor control de los impactos negativos. Las compañías que entiendan y apliquen este enfoque de conexión entre salud y estrategia de negocio, contribuirán a una mayor creación de valor, mejorarán el diálogo con sus grupos de interés y obtendrán un mejor retorno económico”.