Dos grandes expertos en sostenibilidad, viejos amigos y compañeros de batallas, Jaime Silos, director de Desarrollo Corporativo de Forética, y Orencio Vázquez, responsable del Observatorio de Responsabilidad Social Corporativa, charlan en este vis a vis para Diario Responsable de que hay que colaborar como individuos, como organizaciones, de qué va a pasar con el mercado laboral, con la distribución de la riqueza dentro del nuevo escenario que nos pone encima de la mesa la tecnología. ¿Y la ética? ¿Quién aprueba y quién suspende? El encuentro tuvo lugar en Impact Hub Prosperidad
Jaime Silos: "La idea es que hablemos de cortoplacismo, de gobernanza y de sostenibilidad así que me gustaría preguntarte, Orencio, este año ha empezado fuerte, con problemas sociales y políticos en Estados Unidos que nos han recordado tiempos pretéritos convulsos, por supuestos con el coronavirus y dentro de la agenda local en España concretamente en Madrid con una Filomena que viene un poco a reivindicar el papel de la sostenibilidad en la agenda. ¿Cómo vinculas este arranque del año con el futuro del desarrollo de la sostenibilidad?"
Orencio Vázquez: "pues como tú dices, hay varios elementos que conducen a una misma dirección y es la necesidad de colaborar en la búsqueda de soluciones y yo creo que ése es el planteamiento, aunque no estoy seguro de cual es la respuesta. El planteamiento es común, es compartido. Tenemos que colaborar como individuos, como organizaciones, etc. La cuestión es si la experiencia reciente que hemos tenido ha sido de colaboración o lo contrario. Ante un momento de una emergencia muy inminente con una necesidad de reparación muy urgente y que afectaba a todo el mundo por igual, la pandemia, se ha demostrado que esa necesidad y esa forma de colaboración no se han dado en la medida en la que se tenía que haber abordado. Este es un elemento de preocupación para afrontar futuros retos que tenemos como la emergencia climática, una vez que espero superemos pronto la pandemia, o cómo son los retos que se plantea dentro del nuevo escenario que nos pone encima de la mesa la tecnología, porque también es un tema del que se habla poco pero es muy relevante, que ya estaba en discusión y que se ha acelerado muchísimo durante la pandemia, si vemos los datos de facturación de Amazon o la cuenta de mercado a nivel de comercio, y son cuestiones preocupantes que proponen nuevos desafíos que no los teníamos en mente hace algunos años. Estaban ahí pero ahora mismo son muy relevantes para el modelo de salud que queremos, el modelo económico, nuestra estructura económica, qué va a pasar con el mercado laboral, qué va a pasar con el comercio en España en Europa, con la distribución de riqueza a partir de la aportación de la empresa en la sociedad y todos esos son retos que tenemos y desafíos que la verdad no tengo respuesta, pero si es un momento interesante".
"Es curioso lo que comentas, sin embargo, a pesar de la fuerte polarización que estamos viendo en la sociedad, parece que la empresa ha salido reforzada en esta primera entrega del coronavirus. El otro día analizábamos el último barómetro de confianza, el “trust Barometer” de Edelman, y, precisamente, de todas las instituciones la empresa era la única que aprobaba en términos de competencia y de ética. Recuerdo una gráfica muy interesante, en la que los gobiernos y medios de comunicación suspenden en falta de ética y en la parte de arriba veíamos las ONGs, que aprobaban en ética, pero suspendían en competencia y curiosamente las empresas este año por primera vez aprobaban, aunque fuera por los pelos, precisamente porque se han deslizado en el eje vertical cuando hablamos de ética. Aparentemente en el eje vertical parece que le consumidor global percibe que la empresa tiene una respuesta probablemente más ajustada que la de otras instituciones de cara a la pandemia ¿Cómo ves conciliar esa percepción que tenemos de que quizás hemos perdido una gran oportunidad?", contesta y pregunta Jaime Silos.
"Yo creo que las predicciones son muy volátiles, y más hoy en día. Es cierto que durante la primera parte de la pandemia, durante el confinamiento duro, se ha puesto en evidencia la pérdida de soberanía económica y por tanto soberanía política de los países de la Unión Europea, de los países donde se había trasladado toda la producción a terceros, lo que estaba teniendo un efecto boomerang sobre nuestra economía y sobre nuestra soberanía política", dice Orencio Vázquez. Y continúa: "En este primer momento hubo iniciativas de interés público de apoyo de una serie de empresas de diferentes formas y en algunas cuestiones interesantes, por ejemplo, de abordar la necesidad de producción de bienes esenciales como los respiradores, las mascarillas, los EPIs... De cara a la opinión publica, generó un efecto positivo. Pero hay otra cara, es la que estamos viendo ahora con las vacunas. El nacionalismo de las vacunas, un reparto teóricamente que no era el acordado, cómo los contratos que eran confidenciales se sometían a un sistema de arbitraje y los contratos con la UE y la responsabilidad de los Estados, incumplimiento de esas condiciones bajo una justificación de fases de producción pero que en la realidad parece que puede ser otra y yo creo que nos ha mostrado una cara muy desagradable en cuanto a esta integridad cuando, claro, ¡aquí hay muchísimo dinero en juego!. Son acciones individuales que están muy bien aunque no deben desorientar el foco sobre la realidad de los problemas estructurales que podemos tener, son cosas que se han puesto en evidencia con la vacuna y, si analizamos los datos, también vemos como hay ahí una fuerte inversión pública".
Orencio Vázquez nos pide reflexionar acerca del papel del Estado, "creo que la UE está yendo en esa orientación ahora con todos los trabajos que están desarrollando en torno al gobierno corporativo y la sostenibilidad, la necesidad de romper con el cortoplacismo, que también se está dando en los mercados, el reparto de beneficios en dividendos y cómo eso debilita a las empresas en cierta manera desde una perspectiva de sostenibilidad. Son temas que están ahí, no sé cuál es tu opinión al respecto, pues han levantado consciencia de cambiar cierta cosas, retomar cierto equilibrio de poderes a nivel global desde el punto de vista de que hoy en día ya no es una hegemonía militar, es económica, y, sobre todo, es digital y en ese terreno es donde se está combatiendo ahora. Liderar la sostenibilidad como países dentro de un entorno regional es un elemento clave para fortalecer ese equilibrio y también tendrá un impacto positivo sobre esos nuevos desafíos que nos estamos planteando. Me temo que hay muchas resistencias, no sé cuál es tu opinión".
A ello, Jaime Silos responde así: "Estamos en un momento refundacional, y cuando nos encontramos en territorios inexplorados es muy frecuente tener falsas señales. Parece que de repente avanzamos y de repente nos quedamos bloqueados. Ha habido avances importantes a pesar de que efectivamente el escenario de fondo es un poco gris, pues el hecho de que la Unión Europea haya sido capaz de moverse de manera común es un paso muy importante en la integración del proyecto europeo, lo cual es positivo. En cuanto a la parte del cortoplacismo, yo creo que, efectivamente, una de las iniciativas de las que tenemos, desde luego con muchísima ilusión y expectativas, es con el proyecto de Directiva de consejos de administración sostenibles, que, precisamente se quiere evitar el cortoplacismo. De todas formas, con respecto al cortoplacismo, me gustaría decir que, aunque el mercado es un colectivo y en el colectivo hay inversores más cortoplacistas que otros, la regulación nos va a ayudar, pero no es la única forma. Porque hay elementos que son estrictamente técnicos que hacen que sea como la gravedad a la hora de sujetarnos a este asiento. Siempre hay una presión hacia el cortoplacismo y no tiene necesariamente que ver con la especulación, sino elementos estrictamente técnicos. Uno de los factores es que el ser humano, nuestra condición, nos hace adversos al riesgo. Por eso preferimos el dinero seguro que quizás un mayor valor financiero en el futuro, pero sujeta incertidumbre y eso nos lleva a preferir el corto plazo. También cómo evaluamos las empresas y eso tiene que ver con la matemática financiera. Cuando uno valora una empresa, está fijándose en unos poquitos años y cuando pensamos mucho en el corto plazo eso va a ser un sesgo que vamos a tener hacia el cortoplacismo de mercado. Y luego, por supuesto, esta situación de incertidumbre y de estímulo monetario que lejos de conseguir los objetivos de invitar a un mayor riesgo, a una mayor inversión a futuro, pues efectivamente estamos viendo que nuestras compañías optan por estoque decíamos antes, preferir el dinero hoy seguro, a invertir en perspectivas futuras".
"Dicho esto, en cuanto a la lección del Covid, nosotros hacemos una interpretación muy positiva. Si te fijas en principio de la pandemia, el primer shock generó una de las mayores caídas bursátiles de la historia, probablemente la segunda o la tercera, vimos como en seguida que las compañías líderes en sostenibilidad tuvieron un comportamiento muy diferencial, porque fueron capaces de adaptarse mucho más rápidamente al entorno de trabajar en casa, si tenías políticas sofisticadas de recursos humanos podías dar ese salto rápidamente y porque típicamente tiene más resiliencia", nos razona Jaime Silos. "Pero curioso no solamente fue en ese primer momento de crisis, porque, por ejemplo, vemos que estalla la pandemia y se para la bolsa mundial, sino que incluso en la recuperación hemos visto como las compañías sostenibles han seguido liderando el mercado. Incluso en el mundo de la inversión pasiva, se ha triplicado el volumen de gestión de activos con eje en sostenibilidad. Esto lo interpretamos sin echar las campanas de celebración, todavía no, pero sí como el éxito a la hora de integrar los aspectos ESG. Ya no tiene vuelta atrás y cada vez más las preferencias de los inversores se van a volcar hacia aquellas compañías que tienen estrategias a largo plazo y una visión sistémica, es decir, que no solamente el propósito es generar beneficios en el corto y en el largo plazo, que también es legítimo, sino que vemos un enfoque estructural sistemático en el cual si no tengo los tres pilares: ambientales, sociales y de gobernanza en línea, difícilmente podré generar valor a largo plazo".
Orencio Vásquez: "Pues sí, totalmente de acuerdo, a ver si realmente esa es la senda ese es el camino y vamos a ver si en este camino trabajamos en ámbitos de colaboración y realmente valorar las cuestione que son trascendentes e importantes para nuestro propio desarrollo".