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El informe del Observatorio Salud y Medioambiente de DKV, de la mano de ISGlobal, señala que la salud humana está determinada por el estilo de vida, el medio ambiente y el contexto socioeconómico.

Existe cada vez más evidencia del gran impacto que el medio ambiente tiene en la salud y bienestar de las personas. La OMS calcula que los factores de riesgo ambientales son responsables del 24% de la carga  de  morbilidad  mundial  y  del  23%  de  todas  las  muertes  a  nivel  global.  En Europa representan 1,4 millones de muertes al año.

 “Prescribir naturaleza” es el nuevo Observatorio de Salud y Medio Ambiente de DKV, elaborado de la mano de ISGlobal. Una de las conclusiones de este estudio fue que la salud humana no está únicamente determinada por la asistencia sanitaria o por factores genéticos y sí que está influenciada por el estilo de vida, el medio ambiente y el contexto socioeconómico, entre otros. Hacia el año 2050, casi el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Se estima que casi un 20% de las muertes por  causas  naturales  podrían  prevenirse  cada  año  si  en  nuestras  ciudades  se  cumplieran  las recomendaciones internacionales sobre actividad física, exposición a contaminación atmosférica, ruido, calor y acceso a espacios verdes.

Dos comportamientos fundamentales que ayudan a prevenir el desarrollo prematuro de enfermedades crónicas, la obesidad y sus complicaciones son elegir alimentos saludables y practicar actividad física regular son. Asimismo, las características del entorno pueden promover o desalentar la adopción de hábitos saludables, son los llamados ambientes favorables a estilos de vida saludables.

Según se cuenta en este Observatorio, los espacios verdes se han asociado también con beneficios para el sistema inmunitario y el metabolismo, mejores resultados en el embarazo y parto, con retrasos en la menopausia, una reducción de las enfermedades cardiovasculares y una menor tasa de morbilidad y de muertes prematuras. La evidencia científica actual señala que el contacto con espacios verdes mejora la salud y el bienestar percibidos, promueve la actividad física, previene la obesidad y la diabetes, incentiva la restauración mental y física, reduce el estrés, mejora la cognición y fomenta la interacción y cohesión social.

Desde DKV están convencidos que no solo se debe a incrementar el verde urbano, sino también incorporar los espacios naturales como activos para la salud. La prescripción social basada en la naturaleza es una herramienta para enriquecer las recetas de prevención de la salud de los profesionales sanitarios.Por eso, desde la aseguradora y de la mano de ISGlobal definen la dosis de naturaleza como el tiempo que nos exponemos a espacios verdes para beneficiar nuestra salud, bienestar y calidad de vida.

En el estudio realizado por ambas entidades también se hace una radiografía del panorama internacional, en el que cada vez cada vez hay más países implicados activamente en la investigación y desarrollo de proyectos que vinculan la naturaleza con la salud como un recurso preventivo o complementario a la asistencia sanitaria. La realidad es que invertir recursos en conservar, mejorar y aumentar los espacios verdes urbanos reduce los costes de salud. Se estima que la falta de actividad física, la exposición a la contaminación del aire, el ruido, el calor y el poco acceso a espacios verdes tuvo un sobrecoste en 2017 para el sistema de salud de más de 20 millones de euros solo en la ciudad de Barcelona.

Además, han creado un indicador de exposición a la naturaleza en la aplicación de descarga gratuita Quiero Cuidarme  Más  de  DKV  para  el  cálculo  individual  con  recomendaciones  de  mejora.  Existen asociaciones positivas entre salud y exposición a la naturaleza a partir de 2 horas semanales. “Prescribir Naturaleza” trata sobre cómo la exposición a la naturaleza es una pieza nueva para encajar en el puzle de los hábitos saludables y la prevención. Puedes descargarte este Observatorio aquí.

Hace unas semanas DKV presentó “Planeta Salud”, la estrategia de la compañía para contribuir a frenar el cambio  climático  hasta  el  2030.  Como  empresa  activista  de  la  salud,  entiende  que  el  deterioro  del medioambiente  por el calentamiento  global  impacta de lleno sobre la salud de  las personas y  por  ello se propone  abordar  la  cuestión  de  forma  más  ambiciosa  en  los  próximos  años,  a  través  de  la  innovación  y tejiendo alianzas para construir el cambio. El principal objetivo de la compañía es llegar a ser la primera aseguradora climático-positiva del país. DKV hace  tiempo  que  lucha  contra  el  cambio  climático,  en  el  2004  comenzó  a  medir  sus  emisiones  y  tomar medidas para mitigar su impacto. De ahí que en la actualidad pueda presumir de haberlas reducido en más de un 80%, ser CeroC02 en huella operacional desde 2007 y haberse posicionado como huella positiva desde el 2019.

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