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Lograr la igualdad de género es una necesidad en todos los planos de la vida y es central para alcanzar los ODS. Pese a los grandes esfuerzos por lograr la igualdad en diferentes ámbitos, la ciencia sigue siendo un espacio a conquistar, menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres.

Es claro que cuánta más diversidad, mejor ciencia. La ciencia y la igualdad de género son vitales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y para el mejor desarrollo de cualquier sociedad. En los últimos 15 años, la comunidad internacional ha hecho un gran esfuerzo para inspirar y promover la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia. Sin embargo, las mujeres siguen encontrando obstáculos para desenvolverse en el campo de la ciencia.

La brecha de género en los sectores de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM) persiste desde hace años en todo el mundo. A pesar de que la participación de las mujeres en las carreras de grado superior ha aumentado enormemente, estas todavía se encuentran insuficientemente representadas en estos campos. Sin mencionar la desigual representación en los espacios de poder y de toma de decisiones en Universidades, consejos científicos y equipos de investigación, en donde la gran mayoría de las autoridades son hombres. ¿Cuántas rectoras de universidades mujeres conoces? ¿Cuántas profesoras eméritas? ¿Cuántas directoras de carreras, masters y doctorados?

En la actualidad, menos del 30 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres. Según datos de la UNESCO (entre 2014 y 2016), solo alrededor del 30 por ciento de todas las estudiantes escogen estudios superiores dentro del campo de las ciencias, la tecnología, la ingeniería y matemáticas (STEM). En el todo el mundo, la matrícula de estudiantes femeninas es particularmente baja en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), con un tres por ciento; ciencias naturales, matemáticas y estadísticas, con un cinco por ciento, y en ingeniería, manufactura y construcción, con un ocho por ciento.

Los prejuicios y los estereotipos de género que se arrastran desde hace mucho tiempo continúan manteniendo a las niñas y mujeres alejadas de los sectores relacionados con la ciencia. El mundo dibujado en la pantalla no dista mucho del mundo real. Un estudio realizado en 2015 por el Instituto Geena Davis titulado “Gender Bias Without Borders” (Prejuicios de género sin fronteras) muestra que la representación en las grandes pantallas de mujeres que trabajan en el campo de las ciencias se limita solo a un doce por ciento. No solo en los medios de comunicación y en los productos culturales que consumimos, sino también en el mensaje implícito desde los primeros años de socialización.  A las niñas les regalan muñecas para cuidar y jugar a la mamá o a la maestra, mientras que a los niños les regalan herramientas para construir o jugar a ser científicos. Desde pequeños vamos forjando el universo de posibilidades que luego se imaginaran de grandes. No es casual entonces, que las maestras y las enfermeras en su gran mayoría sean mujeres, pero los ingenieros, los cirujanos y nos científicos varones.

Con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar en 2016 (resolución A/RES/70/212 ) el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Las mujeres y las niñas constituyen la mitad de la población mundial y por consiguiente la mitad de su potencial. La igualdad de género, además de ser un derecho humano fundamental, es imprescindible para lograr sociedades pacíficas, con pleno potencial humano y desarrollo sostenible. Además, está demostrado que el empoderamiento de las mujeres estimula la productividad y el crecimiento económico

Desafortunadamente, aún queda mucho recorrido para alcanzar la plena igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres, advierte ONU Mujeres. Por ello, es de primordial importancia acabar con las múltiples formas de violencia de género y que el acceso a la educación y a la salud de calidad, a los recursos económicos y a la participación en la vida política sea igualitario tanto para mujeres y niñas como para hombres y niños. Es fundamental también lograr la igualdad de oportunidades en el acceso al empleo y a posiciones de liderazgo y toma de decisiones a todos los niveles.

Aún queda un largo camino por recorrer, pero los primeros pasos se han dado. La ciencia es un asunto pendiente pero no hay dudas de que más temprano que tarde se logrará la igualdad y las mujeres científicas tendrán su espacio.

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