Ha aprobado una serie de medidas que definen los criterios para determinar si una actividad económica es ambientalmente sostenible que ayudarás particularmente a los inversores que, a menudo, no tienen suficiente información sobre lo que es 'verde' y lo que no. También se aclarará cómo los inversores institucionales deben integrar los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en la toma de decisiones de inversión.
El pasado 22 de marzo, la Comisión Europea (CE) organizó una conferencia de alto nivel para debatir sobre la mejor manera de poner en práctica su estrategia en materia de financiación sostenible. La conferencia confirmó el apoyo y el compromiso de los líderes de la UE y los principales actores privados para los cambios necesarios en el sistema financiero y la economía. Las propuestas aprobadas este 24 de mayo van, precisamente, encaminadas a corfirmar el compromiso de Europa de ser "el líder mundial en la lucha contra el cambio climático y aplicar el Acuerdo de París. La participación del sector financiero impulsará en gran medida los esfuerzos para reducir nuestra huella ambiental al tiempo que se mejora la sostenibilidad y la competitividad de la economía de la UE", según el comunicado emitido por la CE.
Siguiendo el primer Plan de acción de la UE sobre finanzas sostenibles, las propuestas permitirán "al sector financiero volcar todo su peso a la lucha contra el cambio climático". Existen argumentos convincentes para poner el sector financiero al servicio de nuestro planeta. Primero, que el impacto del cambio climático ya amenaza la estabilidad financiera y conduce a grandes pérdidas económicas a causa de las inundaciones, la erosión de la tierra o los proyectos. El año pasado, la cantidad de pérdidas relacionadas con catástrofes cubiertas por el sector seguros alcanzaron un máximo histórico de 110.000 millones de euros.
En segundo lugar, "si nos despertamos demasiado tarde ante la realidad del calentamiento global, muchas de las inversiones actuales podrían terminar siendo redundantes. Al mismo tiempo, debemos aprovechar al máximo las nuevas oportunidades de negocios para actividades económicas sostenibles. El sector financiero de la UE tiene el potencial de multiplicar las finanzas sostenibles y convertirse en un líder mundial en esta área". Esto también debería tener un efecto positivo en el crecimiento económico y la creación de empleo. Apoyará los objetivos de la Unión de Mercados de Capital (CMU por su siglas en inglés) para conectar las finanzas con las necesidades de la economía europea y la agenda de la UE para el desarrollo sostenible.
Las propuestas tienen cuatro características destacables.
Un sistema unificado de clasificación de la UE ('taxonomía'): la propuesta establece criterios armonizados para determinar si una actividad económica es ambientalmente sostenible. La CE identificará las actividades que califican como "sostenibles", teniendo en cuenta las prácticas e iniciativas de mercado existentes y recurriendo al asesoramiento de un grupo de expertos técnicos que se está creando actualmente. Esto debería proporcionar a los actores e inversores económicos sufiente claridad para saber qué actividades se consideran sostenibles. Puede servir como base para el establecimiento futuro de normas y etiquetas para productos financieros sostenibles, como se anunció en el Plan de Acción de la Comisión sobre Finanzas Sostenibles.
Deberes y revelaciones de los inversores: el Reglamento propuesto reforzará la forma en la que los inversores institucionales, como gestores de activos, compañías de seguros, fondos de pensiones o asesores de inversión deben integrar los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en la toma de decisiones de inversión. Los requisitos exactos se especificarán con mayor detalle en una etapa posterior. Además, estos inversores tendrán que demostrar cómo sus inversiones están alineadas con los objetivos ASG y revelar cómo cumplen con estos deberes.
Nuevo benchmark para medir las emisiones de carbono: las reglas propuestas crearán una nueva categoría de índices de referencia que deberían reflejar la huella de carbono de las empresas y brindarles a los inversores mayor información sobre ella para que lo tengan en cuenta en su cartera de inversiones y les permita saber si está mejor o peor alineada con el objetivo del acuerdo de París de limitar el calentamiento global a menos de 2°C.
Es mejor aconsejar a los clientes sobre la sostenibilidad: la CE ha lanzado una consulta para evaluar la mejor manera de incluir las consideraciones ASG en el asesoramiento que las empresas de inversión y las compañías de seguros ofrecen a los clientes individuales. Al evaluar si un producto de inversión satisface las necesidades de sus clientes, las empresas también deben considerar las preferencias de sostenibilidad de cada cliente, de acuerdo con las reglas propuestas.
Valdis Dombrovskis, vicepresidente responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de Mercados de Capital, afirma que: "Debemos invertir nuestro dinero en proyectos que sean compatibles con nuestros objetivos de descarbonización y lucha contra el cambio climático. Esto es importante para el medioambiente y la economía, pero también para la estabilidad financiera. Entre 2007 y 2016, las pérdidas económicas por desastres climáticos extremos aumentaron en un 86%. Las propuestas presentadas hoy muestran que la Unión Europea se compromete a garantizar que nuestras inversiones vayan en la dirección correcta".
Jyrki Katainen, vicepresidente responsable de Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad opina que: "Para alcanzar los objetivos climáticos de la UE para 2030, necesitamos alrededor de 180.000 millones de euros al año de inversiones adicionales en eficiencia energética y energía renovable. Es sencial la movilización de capital privado para financiar proyectos sostenibles. Las propuestas de hoy aumentarán la transparencia de las finanzas sostenibles y las oportunidades de inversión que ofrece, de modo que los inversores tengan información confiable disponible para permitir la transición a una economía circular, con bajo consumo de carbono y baja emisión de carbono ".