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La crisis de los refugiados es global y ya es la peor desde la segunda guerra mundial. Según la Comisión Española de Apoyo a los Refugiados (CEAR), España ha recibido 1,3% de las 1.259.265 solicitudes de asilo que llegaron a los países de la Unión Europea en 2016

Los refugiados que intentan volver a empezar sus vidas en España, además de todas las cuestiones legales y sociales de adaptación, se enfrentan a grandes dificultades de inclusión laboral

Para ayudar a solucionar esa problemática se ha creado Abrazo Cultural. El proyecto, con una visión innovadora, empodera a los refugiados poniéndoles en la posición de profesores para que puedan compartir sus conocimientos y tener una alternativa de empleo complementar que les permite una fuente extra de renta.

Los profesores son de Siria, Ucrania, Rusia, Argelia, Libia y Camerún y cada uno enseña su lengua nativa: árabe, francés y ruso. Además de las clases de idiomas, los profesores comparten sus conocimientos culturales como la cocina típica de sus países, música, baile, manualidades, entre otros. Mezclan la enseñanza con el intercambio cultural y este abordaje es un diferencial importante e innovador del proyecto.  

Abrazo Cultural nació en Brasil en 2014 y allá ya cuenta con más de dos mil alumnos inscritos y 40 profesores, aparte de tres unidades de la escuela en dos ciudades del país. Este año se ha fundado el proyecto en España, empezando por Barcelona, y las experiencias realizadas hasta ahora han sido muy positivas, cuentan desde esta organización.

baile ucraniano copy

Diana Tchamitchian, una de las profesoras, tiene 28 años, es arquitecta y nació en Siria. Hace dos años tuvo que dejar su país por los conflictos y empezó a reconstruir su vida en Barcelona. Le encanta poder compartir la riqueza y diversidad cultural de su país, y enseñar más allá de lo que se ve actualmente en los periódicos sobre Siria. En Abrazo Cultural, imparte talleres de caligrafía árabe y ha descubierto una verdadera pasión por la enseñanza.

Como Diana, Abrazo Cultural tiene a otras once personas refugiadas involucradas en el proyecto y ofrecen, de momento, clases particulares de idiomas y algunas experiencias culturales, como el taller de baile ucraniano, taller de cocina siria y una cena especial para compartir conocimientos y curiosidades de Siria. Esperan, para el año que viene, estrenar un espacio propio, promover formaciones a los profesores y lanzar los cursos completos de idiomas.

El fin de Abrazo Cultural es facilitar la inclusión social y laboral de los refugiados y permitir experiencias de intercambio cultural que rompan barreras y estereotipos, promoviendo una educación enfocada en la empatía, la diversidad cultural, la ética y la generosidad.

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