Desde hace una década, Europa ha entendido la responsabilidad social empresarial (RSE) como un comportamiento voluntario de las empresas que redunda en su beneficio a largo plazo y en el desarrollo sostenible. No obstante, sobre la base del marco voluntario establecido por la Directiva de Modernización (2003), que exige a las empresas informar de cuestiones ambientales y sociales en sus informes anuales cuando las propias compañías lo consideren información relevante para sus grupos de interés, en los últimos años un número significativo de países europeos han decidido regular sobre la obligatoriedad del reporting en materia de RSE.
Guía de Normativa 2010 sobre los Informes de Sostenibilidad en la Unión Europea. Elaborada por el Foro de Reputación Corporativa y Garrigues Medio Ambiente, 2010
Desde hace una década, Europa ha entendido la responsabilidad social empresarial (RSE) como un comportamiento voluntario de las empresas que redunda en su beneficio a largo plazo y en el desarrollo sostenible. No obstante, sobre la base del marco voluntario establecido por la Directiva de Modernización (2003), que exige a las empresas informar de cuestiones ambientales y sociales en sus informes anuales cuando las propias compañías lo consideren información relevante para sus grupos de interés, en los últimos años un número significativo de países europeos han decidido regular sobre la obligatoriedad del reporting en materia de RSE.
En este contexto, el objetivo de esta Guía es facilitar a las empresas globales el cumplimiento de sus obligaciones de reporting no financiero en los distintos países en los que operan, así como identificar modelos y tendencias nacionales en esta materia. El alcance de la Guía corresponde a la Unión Europea de los 15 (UE-15), Noruega y Estados Unidos, detallándose de cada uno de los países los requisitos normativos en materia de reporting de RSE (elaboración de informes de sostenibilidad o similar), la situación actual, tendencias e iniciativas empresariales, las políticas e iniciativas públicas de fomento de la RSE y los organismos públicos responsables.
La Guía refleja que, cada vez más, la transparencia e información periódica se perciben como un factor de competitividad y de creación de valor. La publicación de los informes de sostenibilidad es habitual incluso en empresas no cotizadas y se ha generalizado como una buena práctica de gestión gracias al impulso de transparencia voluntario de las empresas. Así mismo, se destaca un alto nivel en cuanto a la calidad de la información suministrada y el creciente uso de estándares internacionales como las normas GRI (Global Reporting Initiative) o AA1000 (AccountAbility 1000).
No obstante, en los últimos se ha producido una regulación descentralizada que ha dado lugar a más de 40 reformas legales estatales relacionadas con aspectos de información no financiera. Hoy se pueden identificar cuatro modelos regulatorios de reporting en materia de RSE a nivel europeo atendiendo al grado de exigencia normativa, (desde sistemas impositivos a voluntarios) y tomando como base común para todos los países los requisitos establecidos en la Directiva de Modernización. Ante esta realidad que genera confusión en los mercados y pone en peligro el objetivo común de contar con una información corporativa homogénea y comparable tanto para los inversores como para los consumidores, la Guía concluye con la necesidad de emprender un proceso de armonización a nivel europeo, en el que las empresas deben participar activamente.