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Las mujeres emprendedoras están liderando el cambio hacia un futuro más sostenible gracias a proyectos como los impulsados por la Fundación Microfinanzas BBVA. Historias como las de Julia Estefanell en España y Greicy Campos en República Dominicana demuestran cómo la creatividad, la resiliencia y el compromiso con el medioambiente pueden transformar vidas y generar soluciones a problemas globales.
El emprendimiento femenino como clave para el desarrollo sostenible: historias que inspiran

En Villaviciosa de Odón, Madrid, florece un ejemplo de cómo el emprendimiento femenino puede transformar no solo la vida de las personas, sino también el entorno que las rodea. Julia Estefanell, creadora de Bamba Flores, encontró en 2021 una oportunidad única al unir sostenibilidad, creatividad y perseverancia. Frente al desempleo y con un hijo pequeño, decidió apostar por el cultivo de flores orgánicas, libres de pesticidas y químicos, en un mercado dominado por importaciones internacionales.

"El 80% de las flores que se venden en España vienen en avión desde Países Bajos, África o América Latina, generando una importante huella de carbono", explica Julia. En contraste, su negocio local no solo ofrece frescura y aroma inigualables, sino que también responde al compromiso de sus clientes con el medioambiente. Sin embargo, sus inicios no fueron fáciles: "Emprender requiere constancia y adaptarse a los desafíos, como el clima", reflexiona.

Más allá de las flores, otra historia de resiliencia y sostenibilidad emerge en Santo Domingo, República Dominicana. Greicy Campos, emprendedora apoyada por la Fundación Microfinanzas BBVA, ha encontrado en la lila, una planta acuática invasora que asfixia el río Ozama, la materia prima para transformar el problema ambiental en arte y sustento. Desde 2017, su taller ha capacitado gratuitamente a más de 300 mujeres en la creación artesanal de bolsos, carteras y lámparas. "Mi mayor motivación son mis hijas. Con este negocio he podido pagar su universidad y enseñar a otras mujeres a ganarse la vida", comparte con orgullo.

Historias como las de Julia y Greicy ponen de relieve cómo el emprendimiento femenino no solo impulsa la independencia económica, sino que también actúa como catalizador para un desarrollo más sostenible. Sin embargo, el camino no está exento de obstáculos: en España, las mujeres tienen un 30% menos de probabilidades de acceder a financiación que los hombres, según la Cámara de Comercio de Madrid, pese a que las empresas lideradas por mujeres han demostrado ser más rentables.

El Día Internacional de la Mujer Emprendedora, celebrado cada 19 de noviembre, nos recuerda la urgencia de fomentar políticas y programas que apoyen a estas mujeres. Con iniciativas como las de la Fundación Microfinanzas BBVA, que brinda apoyo a 1,7 millones de emprendedoras en América Latina, y proyectos como Bamba Flores, se demuestra que el empoderamiento femenino es esencial para construir un mundo más equitativo y respetuoso con el medioambiente.

Las mujeres emprendedoras no solo son el motor de sus propias vidas, sino también un ejemplo de cómo el cambio comienza desde lo local, con impacto global.

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