Ventiladores, sombra, ropa fresca… son los recursos más comunes cuando el verano nos lleva al límite. Pero, en plena ola de calor, hay otro aliado que solemos subestimar: lo que comemos. La alimentación, más allá de calmar el apetito, puede ser clave para mantenernos hidratados, activos y protegidos ante las altas temperaturas.