Estos días he leído por lo menos tres veces que los temas de RSC van a padecer la crisis de una manera muy directa. Me preocupa enormemente porque veo que se sigue confundiendo el tocino con la velocidad.
Es obvio que la crisis afecta a la RSC de la misma forma que afecta a otras políticas de la empresa, pero también lo es que actuar como una empresa responsable no tiene porque ir asociado a un componente económico. Ahora es el momento de gestionar mejor, de establecer un mejor diálogo con nuestros grupos de interés, de optimizar los recursos, tal vez de otras cosas no previstas.
Me ha sorprendido lo ofensivo de una frase de un alto dirigente de una empresa a la que aprecio, por eso no cito, que dice que en estos tiempos de crisis se hablará menos de RSC en salones y cócteles, para luego citar unas pocas iniciativas de su empresa en las que cita el uso de la videoconferencia y la eliminación de barreras arquitectónicas en sus establecimientos, que son comercios puros y duros.
Hombre, de la RSC se hablará menos en salones pero para sentar cátedra de esta forma se tienen que tener mejores buenas prácticas y que estas no sean obvias a la propia actividad de la empresa. Tal vez en algún salón podría encontrar alguna idea nueva y más original, jefe.