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Hoy, 26 de noviembre, conmemoramos el Día Mundial del Transporte Sostenible. Aunque no es una fecha tan reconocida como otras, su relevancia es indiscutible: el transporte y su transformación hacia modelos más sostenibles es uno de los grandes desafíos que enfrentamos en la lucha contra el cambio climático.
El camino hacia un transporte sostenible

El transporte representa uno de los mayores retos en el camino hacia la neutralidad climática que la Unión Europea se ha propuesto alcanzar para el año 2050. Actualmente, este sector es responsable del 29% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en Europa, y su evolución en las últimas décadas ha sido alarmante: mientras que las emisiones de otros sectores han disminuido, las del transporte se han mantenido prácticamente estancadas. Según datos recientes, los desplazamientos por carretera representan más del 70% de estas emisiones, siendo los automóviles privados el medio que más kilómetros recorre.

A pesar de los avances tecnológicos, la presión sobre el sistema de transporte continúa aumentando. La urbanización, el crecimiento económico y la necesidad de conectividad están impulsando una mayor demanda de movilidad, lo que, sin medidas contundentes, podría incrementar aún más su impacto medioambiental, y llevarnos a no cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo.

Soluciones hacia un transporte más limpio

Para transformar el transporte y alinearlo con las metas climáticas, es necesario apostar por soluciones innovadoras y diversificadas. Una de las iniciativas más conocidas es la transición hacia vehículos eléctricos. Estos coches, al ser alimentados por electricidad que en muchas ocasiones proviene de fuentes renovables, han demostrado ser una alternativa eficaz para reducir las emisiones de carbono. Sin embargo, su adopción masiva enfrenta un desafío clave: la falta de una infraestructura adecuada de puntos de carga que limita su viabilidad para muchos usuarios. Actualmente, los vehículos electrificados suponen tan solo el 10% de la cuota de mercado en España. No obstante, los vehículos eléctricos no son la única solución.

El hidrógeno verde se está posicionando como otra alternativa prometedora. Este combustible, producido mediante electrólisis a partir de fuentes renovables, tiene el potencial de descarbonizar sectores del transporte que son difíciles de electrificar, como los autobuses, los camiones, los trenes y la aviación. Empresas e instituciones europeas ya están invirtiendo en proyectos piloto para integrar el hidrógeno en la movilidad urbana e interurbana.

Además, el impulso a infraestructuras para la movilidad activa, como los carriles bici, y las zonas peatonales, está ganando terreno en muchas ciudades europeas donde antes solo predominaba el tráfico automovilístico. Estas medidas no solo reducen las emisiones, sino que también mejoran la calidad del aire, y fomentan hábitos de vida más saludables.

Otra tendencia que vemos cada vez más con el auge de las smart cities (ciudades inteligentes), es la digitalización del transporte, que permite una gestión más eficiente de las rutas, y reduce el consumo innecesario de combustible, así como las emisiones de gases de efecto invernadero y partículas contaminantes. El big data y los sistemas de transporte inteligentes (ITS, por sus siglas en inglés), están revolucionando nuestra comprensión de los patrones de movilidad, permitiendo una planificación más precisa y en tiempo real que responde a las necesidades específicas de cada persona en sus desplazamientos. Nos permite transformar como nos movemos en las ciudades y entre ellas.

Repensar la movilidad: una responsabilidad compartida

La transición hacia un transporte sostenible no depende únicamente de las tecnologías o las infraestructuras. Requiere un cambio cultural en la manera en que entendemos la movilidad. Esto incluye optar por medios de transporte público, la movilidad activa (ir a pie y en bicicleta), compartir vehículos o incluso reconsiderar la necesidad de algunos desplazamientos prescindibles.

El Día Mundial del Transporte Sostenible nos ofrece la oportunidad de pararnos a reflexionar sobre nuestras elecciones diarias, y su impacto en el medio ambiente. Desgraciadamente, hace poco hemos sido testigos en primera persona de los estragos que está causando un cambio climático que ya se pronostica irreversible; la movilidad consciente y sostenible no es solo una tendencia, es un imperativo. Entre todas y todos compartimos la responsabilidad de garantizar un futuro más limpio, sostenible y resiliente para las generaciones venideras.

El camino hacia la neutralidad climática está lleno de desafíos, pero también de oportunidades. Transformar la manera como nos movemos no es tarea simple, pero es un ejercicio esencial para preservar nuestro planeta, y mejorar la calidad de vida a nivel global.

Sobre CINESI 

CINESI es una consultora de movilidad y transporte con más de 25 años de experiencia que cuenta con oficinas en Barcelona y Palma de Mallorca. Sus áreas de conocimiento abarcan todas las áreas de la planificación y gestión de la movilidad: desde el análisis y modelización de los desplazamientos, evaluación socioeconómica de proyectos, optimización de las redes de transporte, estudios de tráfico, encuestas de movilidad, hasta el planteamiento de soluciones para todos los modos de transporte.  

El asesoramiento de CINESI prioriza una escucha activa, con un ritmo y unas modalidades que se adaptan a cada proyecto, y que se basa en la confianza, el compromiso, el rigor, el pragmatismo y la motivación.     

Para obtener más información, visita https://cinesi.es/es/ 

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OpiniónMovilidad sostenible.

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