Este día tan conmemorativo surgió de la propuesta de la Sociedad de Mujeres Ingenieras (SWE en inglés). Esta fecha fue lanzada por primera vez en el Reino Unido en el año 2014 y aprobada por la Unesco en el 2016 y busca concienciar de la importancia de esta profesión tan relevante como retadora. Y aunque puedo afirmar que hemos mejorado porque ahora las niñas tienen más modelos de mujeres trabajadoras e ingenieras a quienes imitar, considero que hay factores sociales que aún juegan en contra, generando un círculo vicioso del que es complicado salir. Todavía es difícil que las chicas identifiquen la ingeniería como “su pasión”, debido al poco contacto que tienen con ella a lo largo de la infancia. Esto es algo que no les suele ocurrir a los niños, a quienes se les introduce desde una edad temprana en tareas y juegos técnicos, de manera casi inconsciente.
Si bien es cierto que el sector de la ingeniería tiene un largo recorrido hacia la paridad, en términos de brecha salarial, está mucho más avanzado que otras industrias en España. De hecho, el análisis del Observatorio de Ingeniería subraya que hay una brecha salarial entre ingenieros hombres y mujeres del 10%, muy por debajo de la media de la población activa en España, situada en el 24%. En el caso concreto de Celonis España, somos un verdadero ejemplo, ya que contamos con un 40% de mujeres en nuestra plantilla, lo cual es un récord en este tipo de empresas. Y no es por casualidad, ya que hay una búsqueda consciente y continua de talento femenino, así como múltiples formaciones para eliminar el sesgo a la hora de contratar talento. Celonis también tiene programas activos de mentorización para mujeres de los que formo parte, y diversos foros de liderazgo para mujeres, que contribuyen a crear apoyo para su crecimiento.
Gracias al apoyo empresarial y a la ayuda institucional y social, estoy segura de que a largo plazo el porcentaje de mujeres interesadas en carreras STEM aumentará. Esto dependerá bastante de que haya más modelos para ellas y de que cambie nuestra cultura en torno a cómo orientamos y educamos a nuestros hijos desde pequeños. Pero también hay que ser conscientes de que esto sucederá lentamente. Hay que, poco a poco, abrir el camino para que entre todos encontremos la vía para hacer de la ingeniería un sector más integrativo y atractivo para las jóvenes.