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El primer paso para mejorar es medir y gracias a la digitalización las empresas pueden hacerlo de forma rápida y sencilla.

Los esfuerzos de organismos internacionales, científicos y empresas siguen resultando insuficientes para frenar el cambio climático. Como titulaba recientemente Diario Responsable, ni siquiera el coronavirus, con toda su potencia, ha podido reducirlo. ¿No habrá nada más que se pueda hacer? Pienso que se puede hacer más para facilitar a las empresas un crecimiento sostenible, poniendo la tecnología al servicio del medio ambiente.

¿Una digitalización olvidada?

Muchas empresas ya han apostado por la digitalización para optimizar procesos, en áreas de administración, contabilidad y otros. ¿Por qué no llevar la innovación al departamento de medio ambiente? Lanzo esta pregunta como emprendedora tecnológica, pero también desde el conocimiento del mundo de empresarial, del que procedo. La tecnología digital es una de las piezas clave que faltan a muchas empresas para lograr sus objetivos económicos sin comprometer los recursos naturales ni la salud de los ciudadanos.

La información que todos quieren

Los departamentos de medio ambiente necesitan innovar, para dar respuesta a las cambiantes necesidades de la empresa. Quizás algunos recuerdan cuando ese departamento recibía solo peticiones esporádicas, desde el área comercial o de ofertas: Necesitamos un certificado ambiental para poder homologarnos con los clientes... Ahora, la demanda de información ambiental llega desde casi cualquier departamento. En recursos humanos quieren saber el consumo eléctrico por persona, mientras que comunicación necesita una gráfica con la reducción del consumo de agua. Las mejoras en emisiones de carbono son para financiero, que está buscando nuevas vías de financiación mediante préstamos verdes… Pero lo más duro no es eso, sino lograr que las piezas encajen y que salgan las cuentas.

Cinco ventajas de un cálculo ambiental automático

La pieza clave del crecimiento sostenible es la tecnología aplicada al área ambiental. Cuando una empresa calcula automáticamente su huella ambiental, alcanza a la vez cinco metas:

  1. Reducir costes. ¿Quién no preferiría invertir recursos en mejorar su desempeño ambiental, en vez de gastar tiempo y dinero en calcularlo? La realidad de muchas empresas es que se desgastan con la obtención de datos, para poder publicarlos o enviarlos a las partes interesadas. Por el contrario, cuando los datos se extraen automáticamente, se reducen costes y se gana tiempo en todo el proceso: desde la captura y la consolidación hasta el reporte y las auditorías. Así, el departamento de Medio Ambiente tiene tiempo para analizar los resultados, explotarlos y obtener información relevante para la toma de decisiones.
  2. Garantizar la trazabilidad y la fiabilidad de la información. Cuando hablo de impacto ambiental, me refiero básicamente, al consumo de materias primas, la generación de residuos y la emisión de gases de efecto invernadero ligados a la actividad de cualquier empresa, industrial o de servicios, incluyendo también el transporte. Para medir el impacto ambiental de una actividad, empresa o proyecto, necesitamos una codificación rigurosa y exhaustiva. La recopilación automática de datos permite leer de forma fiable la información, evitando errores. La Ley 11/2018 en materia de información no financiera y diversidad afirma que los administradores de las sociedades son quienes firman los reportes y quienes responden de la veracidad de los mismos. Un motivo más para tener un sistema de medición trazable y fiable.
  3. Escalar la gestión ambiental. Tener un plan ambiental es fácil; desarrollarlo y conseguir resultados globales, no tanto. Con frecuencia, el esfuerzo dedicado al medio ambiente no da resultados significativos para la empresa. ¿La solución? En gran medida, pasa por digitalizarse. La tecnología escogida debe ser flexible; es decir, permitir un flujo creciente de datos, sin perder calidad o usabilidad.
  4. Establecer comparaciones internas y externas con valores de referencia. Hoy en día, ¿las empresas cumplen los estándares de medición? Sin duda invierten gran esfuerzo en medir, pero los estándares distan mucho de estar homogeneizados, como han señalado estudios recientes. La tecnología es la mejor aliada, a la hora de emplear estándares claros, justos y útiles, avalados por la comunidad internacional, como Greenhouse Gas Protocol (GHG), para el cálculo de huella de carbono, y Global Reporting Initiative (GRI), para los indicadores ambientales.
  5. Generar todo tipo de informes y reportes en sólo click. En las empresas cada vez se demanda más información ambiental, tanto internamente como para informar a las partes interesadas. Una vez automatizada la gestión ambiental, se pueden obtener todo tipo de informes: por periodos o por centros de trabajo; comparando con años anteriores; relativizando los datos frente a la actividad de la empresa… En otras palabras: lo de pasarse horas preparando informes es cosa del pasado; ahora todo es online y en un solo click.

En resumen: para lograr los cambios que pide nuestra sociedad y que buscan las empresas, es necesario pasar del reporte ambiental a la gestión activa. La misión de GreeMko es precisamente colaborar con un desarrollo sostenible, ofreciendo tecnología e innovación. Porque en todas las áreas del negocio —empezando por dirección— necesitan datos ambientales, y los necesitan ya.

¿Contarán con la tecnología necesaria para ofrecer un valor diferencial?

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