Lo vimos en muchas películas, pero eran eso, películas. Nadie podía imaginar la situación que hace apenas unas semanas nos iba a golpear, nos golpea y nos golpeará de esta forma tan brutal.
Como personas que somos los que hoy nos encontramos leyendo estas líneas, preocupadas por lo social, el medio ambiente, por nuestros compañeros, por nuestras familias, por la sociedad en general y por nuestras organizaciones, no debemos olvidar a las personas que sufren algún tipo de discapacidad. Hoy décimo noveno día de confinamiento se me pasa por la cabeza que, tras este batacazo, todos deberíamos tener conciencia y ver la oportunidad de cambio que este sufrimiento nos está brindando. Tenemos que ser capaces de cambiar el enfoque y el punto de vista que le damos a muchas cosas.
Tenemos que sacar de esta amenaza la oportunidad que nos brinda este miedo, para ser socialmente mucho más responsables, más sostenibles, más comprometidos con nuestro planeta y sobretodo con los más desfavorecidos, las personas sintecho, las personas con discapacidad o como a muchos gusta llamar, las personas con capacidades diferentes.
En estos días el planeta está respirando porque las emisiones de carbono se han reducido a niveles nunca vistos, si, el planeta respira, mientras miles de personas han perdido sus trabajos y mientras miles de personas con discapacidad están hoy en casa con un futuro incierto, mucho más incierto que el resto de la población.
Anduvimos un camino, un camino largo que unos por compromiso social y otros por la exigencia de la Ley General de la Discapacidad, sembramos de buenas contrataciones de personas con discapacidad, de donaciones a fundaciones de inserción socio-laboral, y aún lejos de los niveles de nuestros compañeros de la unión europea, logramos tasas de inserción del 26%, no volvamos atrás por favor, ¡no lo permitamos!
Ahora más que nunca tenemos que pensar en como será el futuro en nuestras organizaciones y aquellos que lideramos iniciativas sociales, ser plenamente conscientes de que únicamente con nuestro compromiso, con nuestros valores humanos y empresariales, podremos salvar a este colectivo que hoy en está en riesgo, más que nunca.
En estos días de confinamiento por la pandemia del COVID19, tenemos la oportunidad de proyectar el futuro y liderar los cambios sociales que habrán de regir en nuestras empresas y que queramos que estén en nuestras agendas de RSC. En nuestras manos está el que nuestros Consejos de Administración primero y los responsables de RRHH después, no sólo tengan el deber y el reto de la igualdad, sino, la inserción laboral de personas con discapacidad.
En este tiempo como directora general de un Centro Especial de Empleo he visto mucho talento detrás de cada discapacidad, he visto mucho entusiasmo, he visto mucho compromiso en todas las personas que trabajan o han trabajado conmigo y ahora forman parte de equipos multidisplinares en multinacionales tecnológicas. Además, he sabido que, a la mayoría de ellas, ni siquiera les han aplicado el ERTE, sino que están trabajando con mayor ahínco si cabe desde sus hogares.
Nuestros teleoperadores han sabido mejor que nadie adaptarse al teletrabajo, rinden más y mejor que nunca y eso me hace pensar que el teletrabajo por decisión propia, bien pudiera ser un generador y un potenciador de grandes resultados.
Demostrémonos a nosotros mismos que estamos libres de prejuicios y enseñemos al mundo entero que el cambio tras este tsunami es posible y que seremos facilitadores, precursores y animadores de primer nivel, de la inserción de las personas con discapacidad.
Desde BEDISTIC os alentamos a ello y siempre, siempre, podréis contar con nosotros para apoyaros y aconsejaros sobre discapacidad y empleo. Nuestro más sentido pésame para todas las familias con seres queridos fallecidos y rápida sanación para aquellos que todavía están enfermos luchando por encontrar la sanación.