El objetivo de este artículo es de dar a conocer la situación actual de la oferta y demanda de turismo sostenible en España en este contexto, así como fomentar la intervención del Estado con el fin de regular este mercado. Así, este artículo da continuación a otro anteriormente publicado en Diario responsable, en el que se desarrolla la definición del turismo sostenible y se da una explicación de sus tres pilares medioambiental, socio-cultural y económico.
En España, el sector del turismo sostenible se está desarrollando progresivamente estos últimos años: cada vez hay más ofertas turísticas alternativas que afectan tanto a la comunidad de acogida como al medio ambiente, proviniendo en su mayoría, de empresas de reciente constitución.
Con respecto al turismo ecológico o ecoturismo en el medio rural, la Fundación Ecoagroturismo viene desarrollando desde 2003 (un año después del año internacional del Ecoturismo) el Ceres Ecotur, un certificado otorgado a iniciativas rurales españolas que se puedan considerar como sostenibles, de acuerdo a los tres pilares anteriormente citados.
Sin embargo, la demanda para estos productos en España sigue siendo relativamente baja. Esto se puede explicar por diversos motivos, el primero por la falta de información del público español. De hecho, los consumidores por lo general no suelen estar informados de la existencia de estas iniciativas responsables así como de las ventajas que aportan a los lugares de destino. En este ámbito, España está evolucionando con menor celeridad comparado con sus vecinos como Francia o Italia en los cuales este sector llega a representar el 30% de cuota de mercado según el periódico El País.
Para solucionar esta deficiencia, se han desarrollado en España varias iniciativas cuyo objetivo es dar a conocer al público estas alternativas a través de eventos como el festival Vilamón (con el Tourism Eco Forum) y de buscadores de ofertas de turismo sostenible como el Wecoplan, siendo dicho buscador un geolocalizador elaborado por la asociación La Mochila Verde . En la actualidad, recoge centenares de ofertas que cumplen tanto con requisitos ambientales como de eficiencia energética y buena gestión de los residuos, como con requisitos sociales y económicos tales como el fomento del empleo de calidad y a la contratación de proveedores locales.
El segundo factor explicativo de la baja demanda de productos de turismo sostenible es el precio relativamente elevado respecto a los productos del turismo tradicional de “sol y playa”. Sin embargo, las administraciones públicas autonómicas están concediendo subvenciones a las empresas turísticas para mejorar su sostenibilidad y, así pues, su competitividad. La razón de esto reside en que el turismo sostenible permite la desestacionalización del sector, así como la diversificación y fidelización de la demanda turística.
Cabe destacar a este respecto, que según el diario Valencia plaza , la inversión de la Comunidad Valenciana de 9,6 millones de euros en 2017 a este fin. Además, estas subvenciones están vinculadas al respeto de los principios del Código Ético Mundial del Turismo. Así pues, se tienen en cuenta criterios como la igualdad de las oportunidades de empleo para las mujeres y personas con discapacidad por las empresas aspirantes.
Asimismo, algunas comunidades autónomas y autoridades municipales emplean las ecotasas o tasas turísticas como instrumento para aumentar los costes de las empresas que no respetan el medio ambiente.
En lo que respecta al marco regulatorio, según la página web oficial de La Moncloa, hay que mencionar todo un conjunto de normas adoptadas en los últimos años que afectan a la sostenibilidad del sector turístico, como la modificación de la Ley 22/1988 de Costas por la Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral de 2013; la Ley 21/2013, de 9 de diciembre, de evaluación ambiental; la Ley 22/2011, de 28 de julio, de Residuos y Suelos Contaminados; la Ley 41/2010, de 29 de diciembre, de protección del medio marino; la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Así pues, la intervención del sector público puede mejorar la eficiencia del mercado permitiendo a las empresas sostenibles ofrecer sus productos a menor precio, lo que cambiaría entonces los hábitos de los consumidores.
En lo que atañe a los viajes de los turistas españoles en el extranjero, se han creado en los últimos años agencias de viajes solidarios con destino a países de América latina, África o Asia. En vez de recurrir a grandes cadenas hoteleras, estas escogen alojamientos de menor dimensión gestionados por Pymes en el país receptor, con mayor vínculo con el ámbito local.
Por último, el departamento de asuntos económicos y sociales de las Naciones Unidas publica anualmente una recopilación de las mejores prácticas en turismo sostenible a nivel mundial (Compendium of Best Practices in Sustainable Tourism). Estas pueden servir para inspirar al sector turístico español para mejorar las suyas. De ellas, destaca una iniciativa conjunta de una ONG y una agencia de viaje de Eslovenia que promocionan y desarrollan la accesibilidad del turismo, ofreciendo productos turísticos “para todos”. El público destinatario son las personas con discapacidad física, visual, auditiva, así como personas con dificultades de aprendizaje, enfermedades mentales y con otro tipo de enfermedades como por ejemplo alergias o diabetes.
Para concluir, las perspectivas en cuanto a la evolución del sector del turismo sostenible en España son buenas. Sin embargo, el Estado español ha de seguir fomentando su desarrollo, la colaboración público-privada, así como la mejora de la transmisión de la información para concienciar a los consumidores españoles e internacionales.
Cristel Garcia es voluntaria de Economistas sin Fronteras