
Según informó el portal de noticias de la Comisión Europea el pasado 16 de octubre, la Comisión Europea y la Alta Representante han presentado una estrategia internacional en materia de clima y energía que pretende asegurar el liderazgo de Europa en la transición global hacia una economía limpia y sostenible.
La propuesta, descrita como una “visión global de la UE”, incorpora una dimensión exterior al Pacto Industrial Limpio y busca fortalecer tanto las asociaciones existentes como crear nuevas alianzas estratégicas con terceros países. El objetivo es doble: proteger los intereses europeos y, al mismo tiempo, apoyar a los socios internacionales en su propio camino hacia la transición energética.
En palabras de la Comisión, “Europa quiere ser la potencia industrial que suministre tecnologías limpias y soluciones de adaptación a nivel mundial”, generando así oportunidades económicas para su sector industrial y promoviendo un desarrollo sostenible a escala global.
Actualmente, casi la mitad de la electricidad de la UE proviene de fuentes renovables, un dato que refuerza la independencia energética y la seguridad del continente. Desde 2015, la inversión europea en energías limpias ha crecido un 111%, y la nueva estrategia fija el objetivo de alcanzar el 15% del mercado tecnológico mundial en capacidad de fabricación de tecnologías limpias.
La visión reafirma, además, el compromiso de la UE con un orden internacional basado en normas y con el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. En este sentido, la Unión se presenta como “un socio fiable, abierto a la cooperación y al comercio justo”, destacando su papel en la promoción de políticas climáticas ambiciosas.
El documento subraya la importancia de la diplomacia climática como herramienta para promover una transición justa. La UE se compromete a seguir impulsando alianzas bilaterales y multilaterales, incluyendo acuerdos de libre comercio, asociaciones verdes y marcos de cooperación para una transición energética equitativa.
Asimismo, la estrategia hace hincapié en la relevancia de la tarificación del carbono como instrumento esencial para reducir emisiones, incentivar la innovación y facilitar una salida ordenada de los combustibles fósiles. La Unión promoverá la expansión de estos mecanismos a través de un grupo de trabajo especializado que ayude a otros países a diseñar políticas eficaces de precios del carbono.
La nueva visión global de la UE en materia de clima y energía incluye una serie de medidas prioritarias, entre las que destacan:
Esta estrategia complementa el Pacto Industrial Limpio, presentado por la Comisión en febrero de 2025, que busca mejorar la competitividad y la descarbonización del tejido productivo europeo. Dicho pacto ya había puesto el foco en las industrias intensivas en energía y en la necesidad de impulsar la circularidad y la innovación tecnológica.
Con esta nueva visión internacional, la UE amplía su enfoque más allá de sus fronteras para promover una transición energética global justa y segura, reafirmando su liderazgo en la lucha contra el cambio climático. Actualmente, la Unión Europea ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 37% respecto a 1990, representa solo el 6% de las emisiones globales y es el mayor contribuyente mundial a la financiación climática, manteniendo el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050.
