Publicado el
Una mayor integración de mujeres, personas mayores, migrantes y personas con discapacidad en el mercado laboral europeo no solo es una cuestión de justicia social, también es clave para afrontar la escasez de mano de obra que amenaza a la Unión Europea (UE). Según el informe “Evolución Social y del Empleo en Europa 2025 (ESDE)”, elaborado por la Comisión Europea, hasta 18 millones de trabajadores podrían perderse de aquí a 2050 si no se actúa con urgencia.
 Europa necesita un mercado laboral inclusivo para no dejar a nadie atrás

El documento subraya que una de cada cinco personas en edad laboral en la UE —unos 51 millones— permanece fuera del mercado de trabajo. La mayoría pertenece a grupos históricamente infrarrepresentados, cuya exclusión refleja desigualdades estructurales y vulneraciones de derechos. Ampliar su participación no solo permitiría alcanzar el objetivo europeo de una tasa de empleo del 78% en 2030, también reforzaría la cohesión social y contribuiría a reducir la pobreza en el continente.

Mujeres: romper el techo de los cuidados

El informe señala que 32 millones de mujeres están fuera de la población activa, principalmente por la sobrecarga de cuidados no remunerados y la falta de servicios de conciliación. Tres de cada cuatro madres con hijos pequeños que no trabajan señalan los cuidados como la causa, frente a solo un 13% de los padres. Según la Comisión, ampliar la cobertura de guarderías podría elevar la tasa de empleo femenino en algunos países hasta un 30% y sumar hasta un 1,7% al PIB de la UE.

Casi 20 millones de personas entre 55 y 64 años tampoco participan en el mercado laboral. Problemas de salud, reglas rígidas de jubilación y falta de opciones flexibles lo explican. El informe recomienda medidas como jubilación gradual, formación adaptada y mayor inversión en cuidados de larga duración para garantizar que puedan seguir trabajando en condiciones dignas.

Migrantes: talento desaprovechado por barreras estructurales

Más de siete millones de migrantes se encuentran fuera de la población activa. El informe advierte que sufren el mayor riesgo de pobreza laboral (38%) y enfrentan discriminación, trabas administrativas y falta de reconocimiento de sus cualificaciones. Reconocer sus capacidades, simplificar permisos y facilitar formación lingüística son pasos esenciales para que este colectivo pueda contribuir con su talento a cubrir vacantes en sectores críticos.

En la UE viven 44 millones de personas con discapacidad en edad de trabajar, pero solo el 56,4% accedió al empleo en 2024, frente al 84% de las personas sin discapacidad. El ESDE subraya que políticas de cuotas, medidas contra la discriminación y programas de empleo específico son herramientas eficaces. Además, recuerda que la Estrategia Europea sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad 2021-2030 promueve entornos laborales inclusivos.

Más allá de la economía: una cuestión de derechos humanos

La Comisión Europea recuerda que el desafío no se limita a cifras de empleo. La falta de integración de estos grupos refleja desigualdades históricas que ponen en cuestión derechos fundamentales. Por ello, junto al Plan de Acción 2024 contra la escasez de mano de obra y de capacidades, la UE prepara nuevas iniciativas para garantizar una movilidad laboral justa, avanzar en el pilar europeo de derechos sociales y asegurar que el crecimiento económico no deje a nadie atrás.

¡Comparte este contenido en redes!

Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies