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Así lo advierte el Secretario General de la ONU, quien urge a la comunidad internacional a redoblar esfuerzos contra la pobreza y la desigualdad, advirtiendo que el deterioro del desarrollo sostenible es terreno fértil para los conflictos, el desplazamiento forzado y la crisis climática.
Sin desarrollo sostenible no habrá paz

Las tensiones geopolíticas, el aumento del gasto militar y el estancamiento del desarrollo están tejiendo una tormenta perfecta que amenaza la estabilidad internacional. Así lo expresó António Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, durante un debate abierto del Consejo de Seguridad centrado en la relación entre pobreza, subdesarrollo y conflicto.

“Las llamas del conflicto a menudo se encienden y alimentan por la pobreza persistente y las crecientes desigualdades”, sostuvo Guterres, quien subrayó que la paz duradera sólo es posible si va acompañada de políticas sólidas de desarrollo sostenible.

Según datos citados por la ONU, el 40% de las personas que viven en pobreza extrema —unas 700 millones— habitan en contextos de conflicto o inestabilidad. Además, más de 120 millones de personas han sido desplazadas dentro de sus propios países, como consecuencia directa de guerras o crisis climáticas, agravadas por la corrupción y la debilidad institucional.

“La pobreza genera desesperación, y la desesperación alimenta el malestar”, afirmó el Secretario General. Una cadena que, de no cortarse a tiempo, deriva en desconfianza social, violencia y retroceso económico.

Crisis climática y desigualdad: caldo de cultivo del conflicto

Guterres no dejó de lado el impacto del cambio climático como factor multiplicador de vulnerabilidades. En su intervención, alertó que la emergencia ecológica está intensificando las tensiones sociales y debilitando aún más a las comunidades que ya padecen pobreza estructural, migraciones forzadas o inseguridad alimentaria.

El titular de Naciones Unidas advirtió además que, si la tendencia no cambia, para 2030 dos de cada tres personas en situación de pobreza extrema vivirán en países afectados por conflictos. “Cuanto más lejos esté un país del desarrollo sostenible e inclusivo, más cerca estará de la inestabilidad”, remarcó.

Un motor de desarrollo que se queda sin combustible

A pesar de que 2025 marcará el décimo aniversario de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el progreso global va con retraso. Según Guterres, dos tercios de las metas pactadas por la comunidad internacional están estancadas o fuera de alcance, en parte porque los países en desarrollo enfrentan restricciones financieras severas y deudas impagables.

“La maquinaria del desarrollo se está ahogando”, advirtió. En este marco, el dirigente internacional convocó a aprovechar la próxima Conferencia sobre Financiamiento al Desarrollo (prevista para el 30 de junio) como un punto de inflexión para “reforzar el motor global del desarrollo”.

Un llamamiento a la acción colectiva

Entre sus propuestas, Guterres insistió en la necesidad de aliviar la carga de deuda, reformar la arquitectura financiera global y priorizar la inversión en educación, salud, empleo digno, infraestructura sostenible y tecnologías limpias.

“La paz se construye en las escuelas, en las clínicas, en las comunidades. Se construye cuando las personas tienen esperanza y oportunidades para participar en su propio futuro”, concluyó.

Con esta intervención, recogida por Noticias ONU, el Secretario General volvió a poner sobre la mesa una verdad incómoda pero urgente: sin justicia social ni transición ecológica inclusiva, no habrá paz posible.

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