El mercado de oficinas está en plena transformación. A pesar del aumento de los mandatos de retorno al trabajo presencial, las tasas de vacantes en oficinas han alcanzado niveles récord en Estados Unidos. Según datos recientes publicados por la consultora McKinsey en su informe The office of tomorrow, el 20,4% del espacio de oficinas en 50 áreas metropolitanas de EE.UU. permanecía desocupado en 2024.
Sin dudas, el impacto de la pandemia aún se nota en los modos de trabajar en casi todos los rubros. Si bien hubo algunos ámbitos que vovlierona a la presencialidad rápidamente, otros, encontraron en el teletrabajo fuertes ventajas y, por tanto, aún hoy persisten modalidades de trabajo 100% remotas o híbridas.
Paradójicamente, a pesar de esta sobreoferta de espacios disponibles, grandes empresas se encuentran con dificultades para hallar oficinas que cumplan con sus nuevas expectativas. Según The Wall Street Journal, la demanda de espacios premium con servicios adicionales como gimnasios, restaurantes y zonas al aire libre está en aumento, impulsando el desarrollo de nuevos proyectos inmobiliarios.
Frente a este panorama, la sostenibilidad se perfila como un factor clave en la reconversión del sector inmobiliario. La transformación de oficinas obsoletas en edificios residenciales se presenta como una solución viable para reducir las tasas de vacantes y adaptarse a los cambios en el mundo laboral. Además, el diseño de oficinas del futuro apunta a edificios con menor impacto ambiental, eficientes en energía y pensados para el bienestar de los trabajadores.
Esta transición no solo responde a una cuestión de demanda empresarial, sino también a un contexto global de crisis climática y urbanística, donde la optimización de los espacios urbanos y la sostenibilidad juegan un papel determinante en la planificación de las ciudades del mañana.