De cara a un nuevo año, el Marco Estratégico de la FAO para el periodo comprendido entre 2022 y 2031 se erige como un pilar fundamental en el respaldo y la implementación efectiva de la Agenda 2030. Su enfoque se centra en la transformación integral de los sistemas agroalimentarios, aspirando a que estos adquieran características de mayor eficiencia, inclusividad, resiliencia y sostenibilidad.
Este ambicioso marco no solo aborda la optimización de la producción, sino que también se propone fomentar una nutrición más adecuada para la población mundial. Reconociendo la interconexión entre la alimentación, la salud y el bienestar, la FAO busca impulsar cambios significativos que no solo satisfagan las necesidades nutricionales, sino que también promuevan hábitos alimenticios saludables y sostenibles.
En consonancia con estos objetivos, se pone especial énfasis en la preservación del medio ambiente. La iniciativa busca no solo minimizar el impacto ambiental de los sistemas agroalimentarios, sino también promover prácticas agrícolas que regeneren y protejan los recursos naturales esenciales. La FAO reconoce la urgencia de abordar los desafíos medioambientales actuales y futuros, comprendiendo que la sostenibilidad a largo plazo depende de la gestión responsable de los recursos naturales.
No menos importante es la perspectiva inclusiva que guía este marco estratégico. Al buscar una mejora en la calidad de vida para todos, se esfuerza por evitar que nadie quede rezagado. Esto implica una atención particular a comunidades vulnerables, pequeños agricultores y otros actores marginados en el ámbito agroalimentario. La FAO se compromete a trabajar hacia la equidad, garantizando que los beneficios de las transformaciones propuestas se distribuyan de manera justa y lleguen a todos los estratos sociales.
Las cuatro estrategias son:
1. Mejor producción: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, a través de cadenas de suministro alimentario y agrícola eficientes e inclusivas en los planos local, regional y mundial, asegurando la resiliencia y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios en condiciones climáticas y ambientales cambiantes. Las esferas programáticas prioritarias de este punto son:
2. Mejor nutrición: Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición en todas sus formas, en particular promoviendo alimentos nutritivos y aumentando el acceso a dietas saludables. Las esferas programáticas prioritarias:
3. Mejor medio ambiente: Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y marinos y luchar contra el cambio climático (reducción, reutilización, reciclado, gestión de los residuos) mediante sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles. Las esferas programáticas prioritarias son:
4. Una vida mejor: Promover el crecimiento económico inclusivo mediante la reducción de las desigualdades (zonas urbanas y rurales, países ricos y pobres, hombres y mujeres). Las esferas programáticas prioritarias son:
Las cuatro mejoras, delineadas como principios rectores en la estrategia de la FAO, representan un enfoque central para contribuir de manera directa a la realización de tres Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): el ODS 1, que busca poner fin a la pobreza; el ODS 2, orientado a erradicar el hambre; y el ODS 10, dirigido a reducir las desigualdades. Más allá de su impacto individual en estos objetivos específicos, estas mejoras desempeñan un papel crucial en el respaldo integral de la Agenda 2030, la piedra angular que guía los esfuerzos globales hacia un futuro sostenible, persiguiendo la visión general trazada por la FAO.
Es importante destacar que estas estrategias no son simplemente acciones aisladas, sino que están intrínsecamente vinculadas a las complejas interconexiones entre las dimensiones económica, social y ambiental de los sistemas agroalimentarios. En este sentido, la FAO reconoce la necesidad de abordar de manera simultánea estos aspectos para lograr un impacto duradero y holístico. Al trabajar en armonía con los ODS 1, 2 y 10, estas mejoras no solo buscan atender las necesidades inmediatas de fin de la pobreza, hambre cero y reducción de desigualdades, sino que también aspiran a abordar las raíces sistémicas de estos desafíos a través de una perspectiva intersectorial.
Además, estas estrategias promueven un enfoque estratégico y orientado a los sistemas en todas las intervenciones de la FAO. Este enfoque implica una mirada integral y coordinada que reconoce la complejidad de los sistemas agroalimentarios y busca sinergias entre las diversas áreas de intervención. Al adoptar esta perspectiva, la FAO busca maximizar la eficacia de sus acciones, aprovechando la interdependencia y las oportunidades de colaboración entre diferentes componentes del sistema.