El trabajo infantil en el sector agrícola es una preocupación importante a nivel mundial. Aunque las leyes y los estándares internacionales prohíben el empleo de niños y niñas en trabajos peligrosos y perjudiciales para su salud y desarrollo, la realidad es que muchos menores todavía están involucrados en actividades agrícolas en diferentes partes del mundo.
En este contexto, conscientes de que el sector agrícola representa la mayor parte del trabajo infantil a escala mundial y que las cifras siguen en aumento, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) está intensificando su labor en colaboración con sus asociados a fin de erradicar el trabajo infantil en sectores clave, como los del cacao, el algodón y el café. La iniciativa más reciente, presentada recientemente, expone cómo utilizar la innovadora tecnología de cadenas de bloques para la vigilancia y la prevención.
Como consecuencia de la pobreza y de la crisis a escala mundial generada por la creciente inseguridad alimentaria, el trabajo infantil tiene una incidencia entre los pequeños productores rurales dedicados a la agricultura, la pesca y la actividad forestal tres veces mayor que en las zonas urbanas y a menudo es fruto de complejas vulnerabilidades y perturbaciones económicas y sociales.
Existen varias razones por las cuales el trabajo infantil persiste en el sector agrícola, entre otras es preciso destacar las siguientes:
Es importante recordar que la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible tiene la finalidad de erradicar el trabajo infantil de aquí a 2025. Pero, según un informe conjunto elaborado en 2021 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), seguían trabajando más de 160 millones de niños en todo el mundo, 86,6 millones de ellos en el África subsahariana, más que en el resto del mundo en su totalidad. A escala mundial, el 70 % de los niños y niñas que trabajan lo hacen en la agricultura y, según se ha informado, entre 2016 y 2020 se incorporaron otros cuatro millones de niñas y niños al trabajo infantil en la agricultura. Resulta urgente abordar el problema del trabajo infantil en el sector agrícola mediante acciones coordinadas a nivel gubernamental, empresarial y de la sociedad civil.