Los discursos de odio no son nada nuevo en la sociedad. Sin embargo, en el último tiempo, internet ha permitido que estos se generen y difundan con mucha más fuerza. Según Naciones Unidas, el discurso de incitación al odio está teniendo un efecto demostrable en la sociedad. La preocupación por este creciente fenómeno ha llevado a expertos independientes en derechos humanos a pedir a las principales plataformas de redes sociales que cambien sus modelos de negocio y asuman más responsabilidades en la lucha contra el aumento de la incitación al odio en internet.
Las mentiras, el racismo la xenofobia y homofobia son protagonistas de este tipo de discursos que solo incitan a la violencia y el malestar social. Recientemente, el caso del controvertido influente Andrew Tate acaparó la atención de los medios de comunicación, tras su detención en Rumanía en el marco de una investigación por presunta trata de seres humanos y violación, la cual niega. Tate ya había sido expulsado de varias redes sociales importantes, como TikTok, Instagram, Facebook y YouTube, por expresar opiniones misóginas y comunicados de odio.
Por su parte, en Sudán del Sur, el acceso a internet está limitado a una pequeña élite, pero activistas como Edmund Yakani, uno de los defensores de los derechos humanos más destacados del país, son sin embargo blanco de discursos del odio en la red. Yakani ha explicado a Noticias ONU cómo incitar al odio, tanto dentro del país como desde la diáspora, está contribuyendo a aumentar la violencia en la nación más nueva del mundo: El 60% de la violencia mortal en Sudán del Sur, afirma, está provocada por los discursos del odio. El discurso del odio está teniendo una influencia desestabilizadora en su país, le preocupa a Yakani, convirtiendo la violencia en la principal herramienta para resolver disputas. La respuesta, en su opinión, es invertir más en respuestas eficaces, que incluyan sanciones específicas a los responsables, mejorar la legislación y educación.
Otro caso paradigmático de discursos de odio en internet ha tenido lugar en la India. La periodista y galardonada autora de las memorias "Coming out as Dalit" [Salir del armario como dalit] afirma que las castas existen en las sociedades indias, ya sea en el propio país o en la diáspora india. En su opinión, el auge de las redes sociales ha hecho que el racismo, el odio y las agresiones verbales vuelvan a aparecer. Su blog de Tumblr, "Documents of Dalit discrimination"[Documentos de discriminación a los dalit], es un esfuerzo por crear un espacio seguro para hablar del trauma que supone ser de una casta inferior, pero afirma que ahora se enfrenta a diario a discursos del odio en Twitter y Facebook. Según Dutt, una destacada cuenta de extrema derecha incitó a su millón de seguidores a proferir insultos, calumnias y amenazas de agresión física o sexual, e incluso de muerte.
Otra mujer quien ha experimentado los efectos mortales de la incitación al odio es la escritora y periodista Martina Mlinaverić. Noticias ONU cuenta que, durante años, Mlinarević, que también es embajadora de Bosnia y Herzegovina en la República Checa, escribió sobre aspectos de la corrupción en su país. Por ello, recibió amenazas e insultos en internet, pero el nivel de abuso alcanzó una nueva dimensión cuando se publicó una foto de la cicatriz de su mastectomía en una revista, algo inédito en Bosnia y Herzegovina. “Tuve que mudarme con un niño pequeño a otra ciudad debido a las amenazas y al ciberacoso. Lo más duro y triste para mí fue huir de mi ciudad natal, donde viví 37 años”, expresó la escritora.
Es urgente que la legislación avance en regular lo que ocurre en internet y la virtualidad. La gravedad es cada vez mayor y la violencia se propaga como una pandemia imparable. ¿ Cuánto tiempo más vamos a esperar?