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Hoy, 24 de enero, se celebra el Día Internacional de la Educación. Con motivo de la efeméride, la Comisión Europea y el alto representante y vicepresidente Josep Borrell han vertido una contundente declaración.
El acceso a la educación, un derecho humano fundamental

La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero Día Internacional de la Educación, en celebración del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo. Según la UNESCO sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todas las personas y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos.

Las instituciones de la Unión Europea y los Estados miembros contribuyen conjuntamente a más de la mitad de la ayuda mundial total a la educación y apoyan al sector educativo en más de cien países en todo el planeta. La Comisión Europea y del Alto Representante expresaron que: “El acceso a la educación es un derecho humano fundamental. Es vital para el desarrollo personal, social y profesional de los niños y los jóvenes, porque los prepara para sobrevivir, prosperar y afrontar las dificultades de la vida cotidiana. Es esencial para alcanzar la paz y la democracia, la cohesión socioeconómica y la igualdad de género, además de unas sociedades más ecológicas, justas y sostenibles.”

Dentro y fuera de las fronteras, la Unión Europea mantiene su firme compromiso de acelerar los avances hacia la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible n.º 4 (ODS 4) por una educación de calidad. La inversión en calidad es la inversión más inteligente y potente en nuestro futuro común. Sin embargo, representantes de la UE afirmaron que el progreso colectivo se está estancando y los ataques contra la educación aumentan en todo el mundo. En muchas regiones del planeta, la violencia y la discriminación por motivos de género y otros obstáculos sistemáticos siguen manteniendo fuera de la escuela, a la fuerza, a niñas, minorías y menores desplazados y refugiados.

En este escenario, advierten que existe una necesidad urgente de garantizar la financiación de la educación y el aprendizaje orientado al futuro, necesidad que la pandemia de COVID-19 ha agravado en gran medida. En todo el mundo, dos de cada tres niños de diez años carecen de comprensión lectora de relatos sencillos y 840 millones de adolescentes abandonarán la escuela sin ninguna cualificación para el entorno laboral del futuro.

Sin embargo, hay motivos para el optimismo. En la Cumbre de las Naciones Unidas sobre la Transformación de la Educación, celebrada en septiembre de 2022, 133 países, entre los cuales se contaban la UE y sus Estados miembros, se comprometieron a recuperar las pérdidas de aprendizaje y a adaptar los sistemas educativos al futuro.  Ha llegado el momento de que las palabras se conviertan en hechos invirtiendo en actuaciones concretas y transformadoras en pro de la educación. La Unión Europea ha aumentado considerablemente sus inversiones exteriores en educación y está dispuesta a cooperar estrechamente con los países socios a medida que vayan cumpliendo sus compromisos. El primer plan de acción para la juventud en la acción exterior de la UE de la historia reitera el compromiso de la UE de invertir en educación al menos el 10 % de la financiación total de Europa Global y de su presupuesto de ayuda humanitaria. Esto incluye el apoyo al cumplimiento de la Declaración de la Juventud, patrocinada por las Naciones Unidas, sobre la transformación de la educación, la participación, el empoderamiento y la conexión de los jóvenes.

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