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Así lo muestra el undécimo informe ClosinGap elaborado por Grupo Social ONCE, que advierte que las mujeres con discapacidad son el colectivo peor remunerado, con un salario medio anual de 17.949 euros. Y concluye que si se igualara el salario de las personas con discapacidad al de los hombres sin discapacidad (el más elevado), el impacto económico adicional superaría los 3.400 millones de euros.

La falta de empleo es una de las problemáticas actuales más graves, que afecta aún más a las personas con discapacidad. En España, las mujeres con discapacidad se enfrentan a una doble desigualdad a la hora de acceder y participar en el mercado laboral: por una parte, la provocada por la discapacidad y, por otra parte, la provocada por la cuestión del género. El efecto de ambas desigualdades limita su contribución plena a la generación de las rentas del trabajo y supone un importante coste de oportunidad para el desarrollo económico del país. Así lo pone de manifiesto el último informe del clúster ClosinGap -que analiza la brecha de género en la discapacidad y ha sido elaborado por Grupo Social ONCE en colaboración con Afi e ILUNION.

El estudio explica que a importancia de analizar la existencia de una brecha de género en la discapacidad viene determinada, además de los evidentes efectos de la discapacidad en el ejercicio de derechos sociales tales como el derecho al trabajo y a la no discriminación por cualquier tipo de condición, por los efectos interseccionales de sendas circunstancias, o doble brecha de género y discapacidad, en la dimensión más económica de la vida de las personas, es decir, la asociada al empleo y el consumo.

Según los expertos la mayor inclusión de las mujeres con discapacidad en el mercado laboral supondría un incremento de casi 7.300 millones de euros en el PIB español (el equivalente al 0,6% del PIB de 2019). Esta cifra representa el 40% de los 18.800 millones de euros (el 1,5% del PIB) que sumaría la economía española cada año de producirse una mayor inclusión laboral de las personas con discapacidad en general. Adicionalmente, la elevada tasa de contratos a tiempo parcial de las mujeres con discapacidad que han logrado acceder a empleo supone un coste de oportunidad para el PIB español que supera los 1.000 millones de euros anuales. A esta cantidad se podrían sumar un impacto económico adicional de casi 700 millones de euros si desapareciera la brecha salarial entre hombres y mujeres con discapacidad (y que ascendería a 3.400 millones de euros si se igualaran los salarios de las personas con discapacidad al de los hombres sin discapacidad -el colectivo con el salario más elevado-).En definitiva, si se eliminaran las actuales desigualdades que impiden que las mujeres con discapacidad participen más y mejor en el mercado laboral español, la economía generaría casi 9.000 millones de euros de riqueza adicional al año. 

La investigación denuncia que las personas con discapacidad afrontan en mayor medida distintas situaciones discriminatorias que las personas sin discapacidad. Y las mujeres, por su condición de mujer, enfrentan también más situaciones discriminatorias que los hombres. Esta circunstancia se ve multiplicada al añadirse factores tales como la edad, la ubicación o el origen étnico. Estas desigualdades se incrementan en situaciones de crisis, como la generada por la pandemia de la COVID-19. El conjunto de situaciones de desigualdad y discriminación interseccionan cuando las mujeres tienen discapacidad. 

El informe de ClosinGap es un estudio pionero, ya que por primera vez contrasta las realidades de mujeres con y sin discapacidad, así como de hombres y mujeres con y sin discapacidad, lo que permite observar cómo las desigualdades de género se suman a las desigualdades que sufren las personas -hombres y mujeres- con discapacidad.Las mayores brechas se observan en los indicadores de acceso o inclusión en el mercado laboral, que serían las tasas de actividad[1] y de ocupación entre las personas con y sin discapacidad . En este caso, se concluye que esas desigualdades vienen determinadas por la discapacidad. En cambio, si observamos las tasas de temporalidad y de parcialidad en los contratos de trabajo, existe una gran brecha entre hombres y mujeres, independientemente del colectivo al que pertenezcan (con o sin discapacidad), por lo que en este caso las desigualdades vienen explicadas por el género.

Del estudio y comparación de las tasas de actividad y ocupación[2] se observa como las personas con discapacidad (HCD, MCD) presentan una menor participación en el mercado laboral, independientemente del sexo, y por ello, también presentan menores tasas de ocupación que las personas sin discapacidad (HSD, MSD). Estos datos sugieren que la brecha en las tasas de actividad y ocupación depende más de la condición de discapacidad que de la condición de mujer. De hecho, las brechas de género en las personas con discapacidad son apenas imperceptibles (de 1,3 puntos porcentuales (p.p.) en la tasa de actividad y de 1,4 p.p. en la tasa de ocupación, que se comparan con los 11,1p.p. en la tasa de actividad entre hombres y mujeres sin discapacidad y los 12,4 p.p. en la tasa de ocupación).

Temporalidad, parcialidad y salario: cuestión de género

Por otra parte, el informe de ClosinGap analiza las condiciones laborales de las personas ocupadas según la duración del contrato (indefinido o temporal) y la jornada laboral del mismo (completa o parcial). En este caso se observa que las mujeres en ambos colectivos cuentan con más frecuencia con contratos menos estables y se puede afirmar que las desigualdades vienen explicadas por el género, siendo las mujeres con discapacidad las que presentan una tasa de temporalidad[3] y parcialidad[4] más intensas (29,6% y 24,3%, respectivamente).  Por último, el análisis de los salarios medios de las personas ocupadas desvela que las brechas salariales están más condicionadas por el género que por la discapacidad y que las mujeres con discapacidad son el colectivo peor remunerado con un salario medio de 15.014 euros anuales en contrato temporal y de 18.980 euros/año en contrato indefinido. Si las mujeres con discapacidad percibieran el mismo salario que los hombres con discapacidad, esto supondría una ganancia bruta anual adicional de casi 690 millones de euros, equivalente al 0,1% del PIB.

Si se igualara la ganancia de los hombres y mujeres con discapacidad a la de los hombres sin discapacidad (que es la ganancia media más alta de todos los grupos), el impacto económico adicional superaría los 3.400 millones de euros, equivalente al 0,3% del PIB. Y, finalmente, si todos los colectivos igualasen su ganancia anual a la de los hombres sin discapacidad, el impacto potencial de cerrar la brecha salarial por discapacidad y por género se situaría en 54.400 millones de euros al año, el 4,4% del PIB de 2019.

 

***Puedes acceder al informe completo: Aquí

 

[1] La tasa de actividad se ha calculado como la proporción de población activa respecto a la población en edad de trabajar

[2] La tasa de ocupación se ha calculado como la proporción de población ocupada respecto a la población en edad de trabajar

[3] La tasa de temporalidad se ha calculado como el número de asalariados temporales respecto del total de asalariados.

[4] La tasa de parcialidad se ha calculado como el número de ocupados a tiempo parcial respecto del total de ocupados

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