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La crisis sistémica actual exige que las empresas, los gobiernos y la sociedad civil se esfuercen por transformar los sistemas que permitan un desarrollo sostenible, próspero e inclusivo.  Nos encontramos en un momento clave para la acción. Esta década representa una última oportunidad para corregir nuestro rumbo. Frente a este desafío, el sector privado tiene mucho por hacer y transformar.

Para aportar a esta importante lucha, surge “Visión 2050 – El momento de la transformación”, un documento que establece una serie de rutas ambiciosas -pero realistas- para la transformación en todas las áreas clave de la actividad empresarial. El mismo ha sido desarrollada por World Business Council for Sustainable Development (WBCSD) y adaptado a la realidad empresarial española por Forética, organización empresarial de referencia en sostenibilidad en nuestro país. El informe parte de la premisa acerca de que las empresas líderes, gracias a su capacidad de innovación, digitalización, el talento de sus equipos, y los altos estándares de transparencia y buen gobierno, se encuentran en una posición única para contribuir al desarrollo sostenible. Se trata de una posibilidad, pero también de una responsabilidad.

Las nueve rutas de transformación abarcan: 1. Energía 2. Transporte y movilidad 3. Espacios para vivir 4. Productos y materiales 5. Productos y servicios financieros 6. Conectividad 7. Salud y bienestar 8. Agua y saneamiento 9. Alimentación. Cada una de estas vías incluye: una visión de la forma en que deben satisfacerse determinadas necesidades de la sociedad en 2050; una serie de transiciones fundamentales para alcanzar cada Visión; y una lista de 10 áreas de acción en las que las empresas deben centrarse en el transcurso de la próxima década. A continuación, resumimos los puntos más importantes de cada ruta.

1. Energía: Un modelo energético sostenible que proporcione energía asequible y cero emisiones netas de carbono es imprescindible para detener la emergencia climática.  Para ello, las empresas deben planificar e implementar una eliminación gradual de toda la generación de energía del carbón para el 2030, y reducir la cuota de combustibles fósiles en la generación total de electricidad a menos del 10 % para el 2040. Además, defender políticas como el establecimiento de precio del carbono y una retirada eficaz de los subsidios a los combustibles fósiles, que integrarán externalidades ambientales a los precios del mercado, como medida que favorezca las soluciones bajas en/con cero emisiones de carbono. Y reforzar la inversión y acelerar la innovación, a fin de reducir el coste de las soluciones descarbonizadas, comercializar tecnologías de vanguardia y continuar con la digitalización del sistema energético. En particular, invertir en el desarrollo y la implementación de tecnologías de almacenamiento de energía y redes eléctricas inteligentes para abastecer la demanda creciente, entre otras acciones.

2. Transporte y movilidad: Avanzar hacia la creación de un transporte eficiente, limpio, accesible y seguro para las personas y bienes. Para esto, indica el informe, será preciso que las compañías desarrollen y adopten políticas de movilidad sostenibles y ambiciosas que fomenten la transición de las flotas corporativas y de instituciones públicas a vehículos cero emisiones, su uso compartido, la movilidad activa, los estándares de seguridad y accesibilidad más altos posibles de los vehículos y el teletrabajo y horario flexible. Al tiempo que colaboren con los Gobiernos, las ciudades, los homólogos de la industria y entre sectores para la implementación de infraestructura de carga conectada e interoperable, impulsando el desarrollo e inversión en redes de recarga, permitiendo su desarrollo desde todos los ámbitos y facilitando del proceso administrativo de licencias.

3. Espacios para vivir: Espacios para vivir saludables, resilientes e inclusivos, que se desarrollan en armonía con la naturaleza y los nuevos retos demográficos.  El informe explica que el diseño de los edificios y la infraestructura cambia para adaptarse a las necesidades y facilitar la salud e inclusión de las personas. Para ello, las compañías deben implementar metas basadas en la ciencia a corto, medio y largo plazo, para reducir la huella de carbono de edificios e infraestructuras, atendiendo a todo el ciclo de vida de los mismos. Colaborar con clientes, proveedores y todos los actores del entorno construido, para asegurar que se cumplan las metas establecidas tanto en la nueva construcción como en la renovación de la existente, impulsando medidas de cero emisiones netas de carbono.

4. Productos y materiales:  El uso de los recursos se optimiza para satisfacer las necesidades de la sociedad y permitir al planeta regenerarse. En este sentido, los expertos sostienen que los principios de economía circular de reducir, reutilizar, reparar, renovar y reciclar han sido adoptados con éxito por individuos, empresas y gobiernos. Al respecto, el documento propone que las compañías desarrollen nuevos modelos de negocio para asegurar que se extiendan los ciclos de vida de los productos lo más posible, priorizando la accesibilidad, el mantenimiento y el reacondicionamiento cuando corresponda. Asimismo, que inviertan en la innovación y adopción de productos y materiales circulares y sostenibles que almacenan carbón y sustituyen a los materiales fósiles no renovables y, al mismo tiempo, establezcan objetivos ambiciosos sustentados por la ciencia, que contribuyan a la recuperación de la naturaleza.

5. Productos y servicios financieros: Todo el capital financiero y los productos y servicios financieros pueden ser movilizados para apoyar el desarrollo sostenible. El informe afirma que debe darse una transición clave respecto del cambio de cultura y comportamiento, resaltando la importancia de criterios ESG en la toma de decisiones. Sobre este punto, los expertos sostienen que, entre otras cosas, deben colaborar con un entorno de políticas financieras sostenibles que apoye la transparencia, la evolución del concepto de responsabilidad fiduciaria y de la valoración de externalidades. Por su parte, las empresas pueden facilitar el acceso a escala a productos y servicios financieros, usando la accesibilidad como un principio de diseño fundamental para respaldar la equidad y la inclusión financiera, mientras también se exploran nuevas asociaciones e iniciativas para mejorar la cultura financiera y del ahorro.

6. Conectividad: Responsable que acerca a las personas, aumenta la transparencia y eficiencia, e impulsa el acceso a oportunidades. En este punto, el documento sostiene que las empresas deben colaborar con Gobiernos, miembros del sector e instituciones financieras, con el fin de proveer la infraestructura y la oferta de servicios necesarias para garantizar conectividad asequible y confiable para todos. Además, colaborar con el sector de TIC, la sociedad civil y los Gobiernos, con el fin de construir infraestructura transparente e imparcial para monitorear noticias y acontecimientos y comprender los impactos en tiempo real.

7. Salud y bienestar: El máximo estándar alcanzable de salud y bienestar para todos y todas. Esta ruta de trasformación implica, según el informe, Innovar y reequilibrar las carteras de productos para apoyar estilos de vida y dietas saludables y, al mismo tiempo, alejarse de ofertas adictivas y nocivas. Así como influir en el comportamiento de los consumidores con miras a estilos de vida más saludables a través de actividades de marketing, campañas informativas y plataformas de educación colaborativas, entre otras acciones.

8. Agua y saneamiento: Ecosistemas acuáticos prósperos que apoyan el acceso a una alimentación, energía y salud pública para todas las personas.  Aquí, será preciso establecer las metas hídricas apropiadas a nivel corporativo sustentadas por la ciencia; fortalecer la divulgación corporativa de dependencias e impactos relacionados con el agua, que hagan referencia al valor real del recurso hídrico e Implementar enfoques de gestión hídrica responsable que impulsen un uso del agua eficiente económicamente, sostenible ambientalmente y equitativo en materia cultural.

9. Alimentación: Un sistema alimentario regenerativo y equitativo que produce alimentos saludables, seguros y nutritivos.  Por último, el informe propone que las empresas adopten y propaguen prácticas agrícolas, ganaderas y de acuicultura que sean resilientes, regenerativas, circulares y que produzcan un mayor rendimiento junto a un mayor nivel de nutrición.  Además, será importante que avancen e inviertan en carteras de productos alimentarios rediseñados con el fin de reducir las externalidades ambientales, proporcionar opciones más sanas, y maximizar los impactos positivos en las personas y en el planeta. En particular, impulsen I+D en torno a la sustitución de proteínas con un énfasis en tecnologías disruptivas y fuentes re-imaginadas de alimentación para animales.

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