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Ayer, 16 de septiembre, DIRSE y beethik presentaron los resultados de su estudio “El estado de la gestión ética en nuestras organizaciones”, en el que han participado un centenar de organizaciones. Uno de los resultados más contundentes que emerge de la investigación es que, si bien el 75% de las organizaciones incorpora la ética en su propósito, tan solo el 26% dispone de sistemas para integrarla en la toma de decisiones.
Tendiendo puentes entre el propósito y la acción empresarial: integrar las cuestiones éticas es aún una deuda pendiente

Resulta innegable que la ética es hoy una prioridad, como muestran diversos estudios de tendencias y realidades organizativas actuales, sin embargo, esto no siempre se refleja en la acción cotidiana de las organizaciones. Ante este fenómeno, La Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social – DIRSE- y la consultora especializada en el diseño de herramientas para la integración de la ética en la gestión y la cultura corporativa -beethik, han realizado un estudio sobre “El estado de la gestión ética en nuestras organizaciones. Tendiendo puentes entre el propósito y la acción”.

El objetivo de dicha investigación fue poder conocer el estado de la situación en las empresas y actuar, de manera coherente, para impulsar el avance de las organizaciones hacia la excelencia ética. La meta de ambas organizaciones es recuperar la confianza y acelerar su transformación hacia modelos de negocio éticos y [radicalmente] responsables con las personas, la sociedad y el planeta.

Cabe destacar que este estudio llega en un momento de lo más oportuno y necesario, en el que las prioridades de las organizaciones se han visto afectadas por el impacto de la pandemia derivada de la Covid-19. Este dato se extrae de la última ronda del “Barómetro DIRSE-EY sobre la relevancia y funciones dirse“, en el que se detecta un incremento de 6 puntos porcentuales en la priorización del área de Ética empresarial, desde antes de la crisis sanitaria (con un 6’99 sobre 10) hasta finales de 2020 (con un 8’42 sobre 10) donde asciende al cuarto puesto en el orden de prioridades.

Los resultados del análisis muestran que el principal reto ético al que se enfrentan las organizaciones es reducir la brecha entre lo que dicen en sus declaraciones y lo que hacen en el día a día. Así, entre las conclusiones del estudio ese observan fortalezas vinculadas al avance que han experimentado las organizaciones en la expresión de sus compromisos, riesgos evitables y las oportunidades que se pueden aprovechar si se aplican los recursos y herramientas que están a disposición.

Los contenidos del estudio y la estructuración de resultados, se basan en el modelo beethik que hace referencia al conjunto de recursos, espacios y herramientas que son útiles para impulsar la gestión y la cultura ética en nuestras organizaciones. El documento organiza los hallazgos de la investigación en dimensiones. En función de estas pueden observarse los siguientes datos: En primer lugar, la Dimensión 1, que corresponde a los procesos muestra que la ética está muy implantada en el propósito y los valores de la organización: Al respecto, se observa que la ética forma parte del propósito de las organizaciones en el 75% y en el 71% estas disponen de valores y principios que sirven de guía. En este sentido, entre el 62% y el 61% cuentan con mecanismos para asegurar la aplicación de esos valores y principios en el día a día, y órganos de participación para la gestión de su compromiso ético, sin embargo, solo el 33% han implementado espacios formales de reflexión ética. 

En segundo lugar, otra dimensión hace referencia a la toma de Decisiones. Sobre este punto el estudio advierte que la ética no está implantada en la toma de decisiones: el 36% de las organizaciones sistematizan y documentan las decisiones tomadas en relación con la gestión ética. Por su parte, sólo el 26% dispone de sistemas para incorporar la ética a la toma de decisiones y apenas un 8% han implantado mecanismos para la analizar y reflejar la trazabilidad de estas decisiones.Además, el 91% no garantizan la participación de las partes implicadas en la toma de decisiones y 92% no integra la capacitación de sus equipos en estos aspectos. 

La dimensión 3 es el Entorno, al respecto el documento concluye que la mitad de las organizaciones cuenta con recursos para incorporar la ética en la relación con los grupos de interés, pero necesitamos avanzar en la gestión efectiva de dichas relaciones: El 44% desarrolla procesos estructurados de diálogo con sus grupos de interés, asimismo, el 39% lleva a cabo acciones para trasladar el compromiso ético a sus GG. II., porcentaje que sube al 40% para la cadena de proveedores. En cuarto lugar, se encuentra la dimensión relativa a las personas. En esta se observa que la apuesta para fortalecer el talento ético es aún una asignatura pendiente y los datos lo muestran de manera contundente: el 44% de las entidades lleva a cabo acciones de sensibilización y comunicación para apoyar el compromiso ético. Al mismo tiempo, solo el 37% realiza acciones para fortalecer el talento ético de los equipos y en torno al 70% de las organizaciones no tiene definidas las competencias del liderazgo ético, ni tiene implantado un sistema de evaluación ni de la aplicación del sistema ético, ni del comportamiento ético de sus directivos.

Finalmente, la dimensión 5 sobre los resultados afirma que no se utilizan indicadores para evaluar el impacto ético, lo que dificulta una buena gestión. En este sentido, el 42% de las entidades incorpora la perspectiva ética en los sistemas de cumplimiento, aunque solo el 37% cuenta son sistemas de indicadores implantados para medir el impacto ético. Además, los encuestados consideran en más del 70%, que la evaluación de la coherencia ética y la incorporación de indicadores de confianza de los grupos de interés sobre nuestro comportamiento ético son una oportunidad. Sin embargo, tan solo el 14% de las organizaciones consultadas tienen integrado el análisis de tendencias de futuro para anticipar respuestas, en relación con la gestión ética.

Alberto Andreu, presidente de DIRSE afirmó que: “este estudio conecta con la esencia misma de la profesión dirse, que no es otra que entender cómo estamos gestionado los cómos para que sirvan de contrapesos a los cuántos y más especialmente en las consecuencias que pudiera tener la empresa en el desarrollo económico social y ambiental”. Por su parte, José Antonio Lavado y Nekane Navarro, socios fundadores de beethik, consideran que “este estudio es una gran oportunidad para saber dónde estamos, bajar los valores al día a día y ser más coherentes en la acción, descubrir herramientas y recursos que nos ayudan a aplicar la ética en la gestión y recuperar la credibilidad y la confianza que nos legitima para operar”.

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