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El “Greenwashing” es, lamentablemente, cada vez más frecuente en el mundo entero. Este concepto hace referencia a las malas prácticas que algunas empresas realizan cuando presentan un producto o cualquier propuesta como respetuosa ante el medio ambiente, aunque en realidad no lo sea. Pero ¿Cómo saber si el modelo de negocio de una compañía es realmente sostenible? La consultora estadounidense Boston Consulting Group identifica seis dimensiones imprescindibles para conocer si la actividad de una empresa tiene realmente un impacto medioambiental y social positivo.

Cada vez más las y los consumidores tienen en cuenta el impacto de los productos a la hora de elegir qué y dónde consumir. Pero ¿Cómo saber si el modelo de negocio de una compañía es realmente sostenible? Para echar luz sobre este asunto la consultora estadounidense Boston Consulting Group (BCG) ha desarrollado seis dimensiones para tener en cuenta a la hora de determinar el impacto de una empresa. El BCG Henderson Institute es el laboratorio de ideas estratégicas del Boston Consulting Group, dedicado a explorar y desarrollar nuevas y valiosas perspectivas de los negocios, la tecnología y la ciencia.

Las dimensiones han sido construidas en función de una investigación que abarca todos los sectores y zonas geográficas. Para esto, han analizado 102 iniciativas a través de las cuales las empresas han aportado tanto valor empresarial como beneficios medioambientales y sociales. Expertos de BCG han evaluado cada iniciativa en función de su competitividad y resistencia y, a continuación, las han contrastado con seis dimensiones de beneficios medioambientales y sociales.

Todas las dimensiones que emergen de la investigación tienen implicaciones para los empleados y para las partes interesadas externas, incluidos los inversores, los clientes, los proveedores y la sociedad en su conjunto. Estas son:

1. Vitalidad económica: Una empresa con una puntuación alta en esta dimensión promueve la prosperidad económica creando medios de vida y oportunidades económicas para las y los empleados y trabajadores de su cadena de suministro y de su ecosistema más amplio. La empresa también contribuye a la vitalidad económica de las comunidades y la sociedad a través de la forma en que estimula la actividad económica, paga impuestos, realiza inversiones y genera otros efectos multiplicadores (como proporcionar una base para las empresas más pequeñas).

2. Sostenibilidad medioambiental: Una empresa que ofrece sostenibilidad medioambiental mejora la huella medioambiental de sus operaciones, sus productos y servicios y todos los aspectos de su cadena de valor (desde el abastecimiento hasta el uso y la eliminación). Internamente, desarrolla sistemas que controlan y reducen su uso de energía y materiales, disminuyen su impacto en la biodiversidad y el agua, reducen sus emisiones de gases de efecto invernadero y eliminan cualquier resto de contaminación y residuos. Externamente, establece programas de devolución de productos y de reutilización y reciclaje para aumentar la circularidad y transformar los residuos en nuevos flujos de valor.

La investigación de BCG explica que las empresas que están a la vanguardia de esta dimensión pueden resolver los problemas medioambientales de forma directa mediante modelos empresariales que crean beneficios medioambientales netos, más allá de la mera mitigación o reducción de los impactos negativos. Por ejemplo, pueden restaurar hábitats naturales, regenerar recursos o proporcionar alternativas de transporte con una menor huella de carbono. Gran parte de esto se hace mediante el uso innovador de los avances digitales y tecnológicos.

3.Bienestar de por vida:  Según los expertos, esta dimensión hace referencia a aquellas empresas que generas mejoras en la calidad de vida y el bienestar de los empleados, los clientes y las comunidades más amplias en las que opera. Proporciona a los empleados condiciones de trabajo saludables, justas y dignas, incluyendo beneficios y oportunidades de crecimiento y autorrealización. Sus productos y servicios son seguros y beneficiosos en todos los sentidos; sus actividades comunitarias fomentan la dignidad, la seguridad, la salud y la educación. Piensa en el bienestar como un principio de diseño en todas sus actividades empresariales, la experiencia de sus clientes y la comunicación de su marca.

4.Capacidad ética: Una empresa que cumple sistemáticamente con esta dimensión refuerza y hace cumplir las prácticas éticas en sus propias operaciones y en el ecosistema más amplio. Establece sólidas estructuras de gobierno, garantiza la independencia del consejo de administración y practica sólidos procesos de auditoría y cumplimiento. Puede poner en marcha prácticas de abastecimiento y comercialización responsables, o sistemas para garantizar la privacidad y la seguridad de los datos. También fomenta la confianza general en las empresas al adoptar posturas contra la corrupción, hacer realidad los compromisos en materia de derechos humanos y fomentar sólidas prácticas éticas en las comunidades y la sociedad en general.

5.Rol social positivo: Una empresa que fomenta la inclusión social establece actividades que promueven y contribuyen a una organización y una sociedad abiertas y respetuosas. Internamente, esto significa promover mayores niveles de participación de los trabajadores, reforzar los procesos para gestionar las quejas y proporcionar soluciones, y aumentar la transparencia de los datos. Externamente, esto implica desarrollar productos y servicios que permitan y apoyen un buen funcionamiento de la sociedad.

6. Accesibilidad e inclusión: Una empresa que avanza en esta dimensión garantiza que sus empleados y empleadas tengan un acceso no discriminatorio, inclusivo y equitativo a las oportunidades. Estas oportunidades pueden incluir recompensas, opciones de carrera, reconocimiento y la posibilidad de avanzar, independientemente de los identificadores sociales (por ejemplo, capacidad, edad, etnia, género, raza, religión, orientación sexual, estatus socioeconómico o clase). A nivel externo, la empresa diseña y pone sus productos y servicios a disposición de los consumidores y las comunidades de toda la gama sociodemográfica. Se plantea constantemente cómo llevar lo mejor de lo que hace a más y más personas.

El informe concluye que las empresas deben evaluar su modelo de negocio en función de la huella de sus beneficios totales para el medio ambiente y la sociedad, considerando de forma holística las seis dimensiones anteriormente detalladas. Tal vez no sea sorprendente que la dimensión de impacto más común entre los casos de la muestra investigada sea la sostenibilidad medioambiental. Según el estudio, la mayoría de las empresas infravaloran su beneficio social (representado por cinco de las seis dimensiones), perdiendo potencialmente las oportunidades de negocio que supondría contribuir al bien común. Sin embargo, resulta indispensable que las compañías avancen en las aristas sociales del impacto en igual medida.

Tras el arrasador paso de la pandemia, ha llegado el momento de volver a ponernos en pie. Mientras muchas empresas se replantean sus modelos de negocio para resolver la resiliencia por encima de la eficiencia, la innovación de modelos de negocio sostenibles ofrece un enfoque poderoso para garantizar que los modelos de negocio sean robustos frente a futuras crisis.  El estudio del BCG sostiene que la evaluación en función de las seis dimensiones puede servir como herramienta para estimular la innovación para un modelo de negocio más responsable, resiliente y sobre todo competitivo.

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