El mundo del trabajo ha cambiado rotundamente en los últimos tiempos. En este nuevo escenario las herramientas digitales han cobrado una importancia inédita. Para analizar esta realidad, Fundación ONCE y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a través de la Red Mundial de Empresas y Discapacidad, han presentado el estudio “Hacia una economía digital inclusiva para las personas con discapacidad” donde se alerta sobre el riesgo de exclusión de las personas con discapacidad en la economía digital.
El estudio se ha presentado en el marco de la Conferencia 2021 de Zero Project, que cada año se celebra en Viena. En esta ocasión tiene lugar de manera virtual bajo el lema ‘Empleo y TIC’. El acto contó con la presencia de Stefan Trömel, experto de la OIT; Carla Bonino, jefa de la Unidad de RSC y Sostenibilidad de Fundación ONCE; Teresa Royo, secretaria técnica de DHub operada por KPMG; Fernando Riaño, director de Relaciones Institucionales del Grupo Social ONCE, y Manuela Tomei, directora de Condiciones de Trabajo y Empleo de la OIT.
El trabajo se ha desarrollado en el marco de la iniciativa Disability Hub Europe (Dhub), que lidera Fundación ONCE con el apoyo del Fondo Social Europeo. Según recoge el documento, el objetivo de esta publicación es concienciar sobre el impacto que un mundo laboral digital tiene en las personas con discapacidad e identificar las acciones necesarias para dar forma a un futuro del trabajo más inclusivo desde la perspectiva de la discapacidad.
Los principales impactos de esta revolución tecnológica en el mundo laboral que se exponen en esta publicación son: la creación de nuevos puestos de trabajo, la obsolescencia de ciertas ocupaciones, los cambios en los puestos de trabajo tradicionales y en los procesos de contratación, así como el crecimiento de formas de trabajo disruptivas. “Este nuevo escenario del mundo del trabajo trae consigo oportunidades sin precedentes para la inclusión de las personas con discapacidad en el mercado laboral, pero también conlleva numerosas barreras digitales”, advierte el documento.
Por un lado, las herramientas digitales permiten a las personas con discapacidad acceder directamente a oportunidades de empleo a través de plataformas de contratación en línea. Entre otras oportunidades, estas herramientas también pueden apoyarles en sus tareas diarias en el lugar de trabajo. Sin embargo, si no poseen las competencias necesarias, si las TIC se encuentran fuera de su alcance o si las herramientas digitales no son accesibles, las personas con discapacidad no se beneficiarán de estas oportunidades y, por tanto, corren el riesgo de quedarse atrás.
El estudio identifica las principales palancas para asegurar un mercado laboral digital inclusivo: Garantizar la accesibilidad para las personas con discapacidad; promover las competencias digitales entre las personas con discapacidad, y promover el empleo digital de las personas con discapacidad.“Es fundamental que las personas con discapacidad adquieran nuevas capacidades y mejoren sus competencias. También es importante garantizar que las iniciativas para fomentar el empleo digital incluyan a este colectivo”, recalca.
Finalmente, con respecto a la industria digital, le señala la necesidad de estandarizar un enfoque de Diseño Universal para los productos y servicios digitales. También incluye propuestas para el entorno académico, las organizaciones sindicales y patronales y a las propias personas con discapacidad y sus organizaciones participantes y subraya que “solo a través de la colaboración y las alianzas entre los grupos de interés pertinentes se puede lograr un mercado laboral digital inclusivo que no deje a nadie atrás”.