CDP es una organización internacional sin ánimo de lucro con sede en Reino Unido, que impulsa a compañías privadas y administraciones públicas a tomar acción hacia una economía sostenible a través de la reducción de sus emisiones de CO2 y de la medición del impacto ambiental de sus acciones. A pesar de lo complejo que ha sido este año para todas las empresas del mundo, CaixaBank se ha mantenido firme en sus compromisos medioambientales y así lo ha reconocido CDP, que ha decidido incluir a la entidad financiera en la categoría líder con una valoración A- de empresas líderes contra el cambio climático. Este importante reconocimiento consolida a la entidad como una empresa puntera en el panorama internacional por sus estrategias y políticas contra el cambio climático.
Por séptimo año consecutivo CaixaBank, presidido por Jordi Gual y dirigido por Gonzalo Gortázar, ha conseguido mantenerse en la categoría Leadership del índice CDP. Y es que la empresa es una de las entidades líder mundial en la actuación para mitigar los efectos del cambio climático. La compañía defiende que la sostenibilidad debe estar integrada en el modelo de negocio de las organizaciones. Por esta razón, la estrategia medioambiental conforma uno los cinco ejes del Plan de Banca Socialmente Responsable.
Fruto de ello, la entidad financiera está adherida a los Principios de Ecuador y, además, en su marco de gestión del riesgo, tiene en cuenta el impacto ambiental. Asimismo, CaixaBank está comprometida con el cumplimiento de los Acuerdos de París. Concretamente, CaixaBank trabaja para minimizar el impacto ambiental de su actividad y, para ello, cuenta con un Plan de Gestión Medioambiental 2019-2021 específico que incluye, entre otras, medidas de eficiencia energética y de reducción de consumos y de extensión del compromiso a la cadena de valor.
Este año, CDP ha analizado 9.600 empresas, que representan el 50% del valor de mercado mundial, clasificándolas de la A (más comprometida) a la D (menos comprometida), en función de su gestión del cambio climático. La inclusión en la categoría Leadership, como es el caso de CaixaBank, es un reconocimiento a las empresas líderes y más avanzadas en su desempeño y transparencia de su gestión medioambiental.
El organismo recopila las acciones y estrategias de miles de compañías en todo el mundo y traslada la información a más de 500 inversores institucionales que gestionan activos por 106 billones de dólares. Las clasificaciones elaboradas por CDP se han convertido, en los últimos años, en un instrumento de referencia para que inversores y grupos de interés puedan evaluar las actuaciones empresariales desarrolladas para mitigar el cambio climático y determinar su nivel de preparación ante los cambios en la legislación sobre reducción de emisiones y las demandas del mercado.
CaixaBank está comprometido con el respeto a la sostenibilidad más allá de sus obligaciones legales y tiene la gestión medioambiental integrada en su actividad de negocio. En este sentido, en 2019, la entidad hizo pública una Declaración sobre Cambio Climático, una propuesta con cinco líneas de actuación que incluye compromisos relacionados con la descarbonización: financiar las soluciones al cambio climático; gestionar los riesgos derivados del cambio climático; minimizar y compensar la huella de carbono; colaborar con otras organizaciones para el avance conjunto; e informar de nuestros progresos de forma transparente.
Para la financiación de proyectos con impacto positivo, CaixaBank dispone de varias líneas específicas de financiación para proyectos sostenibles. En el año 2019 la entidad financió proyectos de energías renovables, que ascendieron a un total de 2.453 millones de euros. Este año, CaixaBank ha cerrado 56 operaciones de financiación sostenible entre préstamos y bonos, por valor de 12.100 millones de euros. La cifra supone un récord para el banco en esta área de actividad, con un aumento de un 51% en préstamos y productos transaccionales y del 32% en emisiones de bonos, respecto al mismo período del año anterior.
Durante este año, CaixaBank ha participado en el mercado de préstamos verdes por importe de 766 millones de euros, que se han destinado a financiar proyectos con un impacto positivo medioambiental. Respecto a las financiaciones ESG, en el 2020 se han realizado 24 transacciones por valor de 2.250 millones de euros, vinculadas a objetivos de sostenibilidad. Destacan los objetivos de reducción de huella de carbono como las prácticas más utilizadas por las empresas al financiarse bajo esta estructura.
Del mismo modo, la compañía ha movilzado 7.440 millones de euros en la emisión de 12 bonos sostenibles, destacando el bono social y verde emitido por la entidad en 2020. En cuanto al ámbito transaccional, CaixaBank está liderando la innovación en España en este segmento de productos. En 2020 ha movilizado 1.650 millones de euros, donde destacan especialmente los dos primeros factoring sostenibles del país.
Además, la entidad financiera tiene en marcha una política activa de control de emisiones, que ha logrado reducirlas en un 80% desde 2009. Contrata energía eléctrica proveniente en su totalidad de fuentes renovables y compensa el 100% de todas sus emisiones calculadas, incluidas las emisiones indirectas. Asimismo, la empresa realiza una cuidada gestión de los riesgos ambientales, para evitar, minimizar, mitigar y remediar en lo posible los riesgos potenciales para el entorno o la comunidad. En este sentido, el Consejo de Administración de CaixaBank aprobó en febrero de 2019 una Política de Gestión de Riesgo Medioambiental en la que se establecen exclusiones para sectores con potenciales impactos negativos en el medioambiente.
Finalmente, cabe destacar que la entidad también se ha sumado al Compromiso Colectivo para la Acción Climática de Naciones Unidas, una declaración que se crea en el marco de los Principios de Banca Responsable para que el sector financiero movilice sus productos, servicios y relaciones para facilitar la transición económica hacia un modelo sostenible. El compromiso pretende alinear las carteras de entidades financieras de todo el mundo para financiar una economía baja en carbono, con el objetivo de que el calentamiento global se mantenga por debajo de los dos grados centígrados.