La pandemia de la COVID-19 nos ha atravesado en todos los planos de nuestra existencia. En este sentido, repensar una agenda más sostenible y comprometida con el medioambiente ha surgido como una de las prioridades en diferentes ámbitos. El cambio climático, las desigualdades sociales y la gobernanza están en el centro de las preocupaciones de gran parte de la sociedad. El Banco Central Europeo identifica los riesgos climáticos y medioambientales como un componente clave en el mapa de riesgos del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) para el sistema bancario de la zona euro. Por ello, la entidad ha establecido un plan de acción para financiar el desarrollo sostenible. El entorno está cambiando y es por esto que los bancos también deben cambiar.
Es claro entonces que la emergencia climática, la gobernanza empresarial irresponsable y la falta de justicia social se han vuelto algunas de las mayores preocupaciones de las sociedades actuales. Es por esto, que los bancos deben comprender y gestionar los efectos de las actividades empresariales tanto en la sociedad como en el medio ambiente. En este sentido, resulta clave que revisen sus estrategias comerciales.
La ciudadanía se encuentra cada vez más formada, concienciada y movilizada. Es por esto que la demanda de productos financieros sostenibles es cada vez mayor, tanto por parte de las y los ciudadanos como por parte de los inversores. En consecuencia, es de vital importancia que el sector financiero cree estrategias de sostenibilidad que le posibilite posicionarse correctamente en el mercado. Asimismo, diversas investigaciones comprueban que la sostenibilidad y la conducta corporativa están influyendo en la reputación y el éxito empresarial de las instituciones financieras en gran medida. Por tal motivo, identificar los riesgos de sostenibilidad y gestionarlos de manera eficiente será una de las claves del éxito.
Finalmente, los reguladores cada vez más adoptan iniciativas para cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de Paris y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas. Es por esto que, implementar marcos regulatorios actualizados a lo largo de las cadenas de valor completas y asegurar el cumplimiento regulatorio se vuelve una tarea central.
El mundo está cambiando cada vez más rápido y las instituciones no se pueden quedar atrás. El sector financiero tiene un rol central en el crecimiento sostenible y para poder realmente aportar a la construcción de un mundo más justo tanto para el medioambiente como para la sociedad, debe diseñar nuevas estrategias flexibles y guiadas por la agenda de sostenibilidad.