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La empresa se ha convertido en la primera entidad financiera en España en utilizar plástico de origen reciclado para sus tarjetas. Un lanzamiento que se une al compromiso de la entidad en la lucha contra el cambio climático y la puesta en marcha de iniciativas que contribuyan a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Las nuevas tarjetas que estarán disponibles para los titulares de la Cuenta Joven BBVA, actualmente se encuentran en las primeras fases de producción, comenzarán a circular en el mes de mayo. Con esta iniciativa, BBVA da un paso más en su compromiso por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible con el lanzamiento de una tarjeta fabricada en un 86% de PVC (policloruro de vinilo) elaborado a partir del reciclado de otros productos plásticos. El material utilizado proviene de diferentes industrias como embalaje, impresión, automoción o ventanas. El compromiso es que a finales de 2020 este material tenga un origen 100% reciclado.

El ‘Compromiso 2025’ se enmarca en el esfuerzo de BBVA por contribuir a ODS. En ese marco, BBVA trabaja para lograr un equilibrio entre la energía sostenible y las inversiones en combustibles fósiles, basado en tres líneas de actuación: financiar, gestionar e involucrar. Además, con esta medida en concreto, centra sus esfuerzos en mitigar los riesgos ambientales y sociales de su actividad y minimizar así los impactos directos e indirectos potencialmente negativos, teniendo una especial incidencia en el ODS13, relativo a la acción por el clima.

En este sentido y con el compromiso de que las tarjetas que se ofrecen a los clientes sean de materiales ‘eco-friendly’ a finales de 2021, BBVA extenderá esta iniciativa progresivamente a todos los países en los que está presente. Este lanzamiento supondrá la puesta en circulación, hasta final de año, de más de medio millón de tarjetas de BBVA fabricadas con material reciclado.

La propuesta apunta a que, con la producción de estas tarjetas, se reduzcan las emisiones de CO2. BBVA ha elegido el PVC reciclado para sus nuevas tarjetas tras un estudio pormenorizado del impacto total de diferentes materiales. Para calcular la huella de carbono de cada tarjeta se ha tenido en cuenta no sólo el material, sino su transporte, componentes, producción y personalización, es decir, toda la cadena de producción.

Luego de diversas investigaciones, la empresa ha elegido el PVC reciclado, que permite aprovechar los plásticos que ya se han utilizado y evitar así una proliferación innecesaria de los mismos, resultando así el material con un impacto medioambiental más reducido en conjunto.

BBVA es consciente de que el sector financiero es un gran actor para potenciar la implementación de proyectos de economía circular. Se trata de una forma de luchar contra el calentamiento global, reduciendo la dependencia de las materias primas a favor de productos reutilizados y producir la menor cantidad posible de desechos. El objetivo final es que, cuando haya que desecharlos porque no se puedan reutilizar, se reciclen de una manera respetuosa con el medioambiente.

A través de su Plan Global de Ecoeficiencia, BBVA trata de minimizar su huella ambiental fomentando por ejemplo, el uso de energías renovables; en esta línea, se ha marcado el objetivo de reducir las emisiones de CO2 en un 68% al finalizar 2025, respecto a 2015. Además en 2030 todo su consumo procederá de energías renovables.

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