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El agua es un elemento vital para Coca-Cola. “Es el ingrediente principal de nuestras bebidas, pero, además, es un recurso natural escaso en España. Por todo ello, tenemos una gran responsabilidad, que trasladamos a través de planes internos como estos y otros externos, como la devolución a la naturaleza del agua equivalente a la contenida en las bebidas" comenta Susana Pliego, Environment & Safety Manager en Coca-Cola Iberia.

Los esfuerzos de ahorro se reflejan en la evolución de las cifras de 2010 cuando la compañía utilizaba 2,18 litros de agua por cada litro de refresco que fabricaba, incluida el agua del propio refresco a la actualidad en la que emplea 1,91 litros. Hasta 2020 se pretende mejorar la eficiencia en el uso del agua en un 20% con respecto al año 2010.

Los productos de Coca-Cola que más agua consume en su fabricación son los envases rellenables de vidrio del canal Horeca (bares y restaurantes) en su proceso de lavado. La cuestión de la optimización de este proceso se vuelve una necesidad, “se trata de lavadoras enormes, muy costosas y diseñadas hace años, así que hemos hecho algunos ajustes, como por ejemplo en los inyectores, y hemos logrado rebajar el consumo de agua de manera significativa”, explica Susana Pliego, Responsable del departamento de Medio Ambiente de Coca-Cola Iberia desde hace 19 años.  

Además de la optimización de los procesos, se añade la reutilización como las dos principales vías que Coca-Cola Iberia ha emprendido para reducir el consumo de agua en la producción de las bebidas. “Las botellas de plástico PET se soplan en la propia planta y las preformas vienen limpias del proveedor, además de protegidas en octavines de cartón y bolsas, de modo que, una vez enjuagadas, el agua utilizada en este procedimiento sigue teniendo una buena calidad. Con un pequeño tratamiento, se puede volver a usar en otro proceso. Además Pliego pone el ejemplo de la planta de Coca-Cola en Valencia porque es una de las más proactivas en proyectos de reutilización del agua”. 

La ingeniera industrial asegura que en el ADN de Coca-Cola está su compromiso con el entorno en el que opera, por eso desde el principio la compañía desarrolló un sistema de gestión ambiental propio, ambicioso y más exigente que lo establecido por la ley, además de tener la certificación ISO 14001 en todas las fábricas. 

Los trabajadores de las fábricas están sensibilizados y formados, reciben cursos de capacitación en medio ambiente, “porque esa optimización en el uso del agua también depende de cómo realicen su tarea y cómo sea su sensibilización en cuanto a conservar el agua como recurso natural”, destaca Pliego.

Un ejemplo claro de eficiencia en agua y energía es la fábrica de Barcelona que desarrolla un sistema de doble ósmosis inversa para aprovechar el agua, explica Pliego: “La ósmosis inversa es un proceso en el que eliminamos la alcalinidad, los cloruros del agua, en Barcelona es más salina, y por como funciona, siempre hay un porcentaje de rechazo. Aplicando una segunda ósmosis, se aprovecha ese agua desechada en primera instancia”.

Susana Pliego tiene claro cómo serán las fábricas de la compañía en el futuro: “neutrales en agua y emisiones, con cero residuos a vertedero y con exigencias que vayan más allá de la gestión medioambiental y afecten, por ejemplo, al diseño de los materiales y al aprovechamiento de los recursos naturales”. Aún así el reto más inmediato que quiere lograr es la expansión de esta reducción del consumo de agua a toda la cadena de valor de Coca-Cola. 

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