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Ayudados entre otras instituciones por el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y la Agencia Internacional de la Energía, su metodología permite una mejor evaluación del riesgo y de las oportunidades potenciales que puedan producirse en el futuro en relación a diferentes escenarios de cambio climático.

Entre los participantes están los dos mayores bancos españoles, BBVA y Santander. Los 14 restantes son ANZ, Barclays, BNP Paribas, Bradesco, Citi, DNB, Itaú Unibanco, Banco Nacional de Australia, Rabobank, Royal Bank of Canada, Société Générale, Standard Chartered, TD Bank Group y UBS.

También informará de las estrategias de los bancos para contribuir a la transición hacia una economía baja en carbono así como ayudarlos a involucrar a sus clientes en este proceso y beneficiarse de ello. "Esto es clave porque los riesgos y oportunidades relacionados con el clima que enfrentan los bancos surgen principalmente de sus servicios a los clientes", señala Naciones Unidas en un comunicado. El proyecto responde a una propuesta de la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-FI, por sus siglas en inglés).

La guía introduce una metodología innovadora elaborada sobre la base de las recomendaciones del Task Force on Climate-related Financial Disclosure (TCFD), y que tiene como objetivo aumentar la comprensión de los bancos sobre cómo el cambio climático puede afectar a su negocio y así puedan mejorar sus análisis de riesgos y de oportunidades.

La metodología y los materiales de apoyo son el primer resultado de un proceso colaborativo y único desarrollado en los últimos 10 meses. Para ello, se han tenido en cuenta varias áreas dentro de los bancos, que incluyen el riesgo de crédito, las pruebas de estrés, la sostenibilidad y el desarrollo de negocio cuyos responsables han trabajado con destacados científicos y expertos en gestión de riesgos e inversiones.

“Muchos de los desafíos ambientales que enfrenta el mundo, especialmente el cambio climático, se deben a una razón principal: el corto plazo. Los mercados financieros pueden convertirse en un catalizador para la acción en materia de sostenibilidad, pero para ello deben orientarse más a largo plazo", ha dicho Erik Solheim, responsable de ONU Medio Ambiente. Y ha añadido que "Este cambio de perspectiva es lo que necesitamos para lograr el desarrollo sostenible. Por esa razón, estamos entusiasmados de trabajar con los líderes comprometidos en la industria financiera”.

La metodología ha sido desarrollada con el apoyo de las consultoras Oliver Wyman, Mercer y Acclimatise. En su elaboración también han participado expertos en gestión de riesgos e inversiones, así como científicos especialistas en cambio climático del Instituto Internacional de Análisis Aplicado de Sistemas (IIASA), el Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y la Agencia Internacional de la Energía. Es una ayuda para que los bancos puedan aplicar diferentes escenarios de cambio climático para evaluar los riesgos y oportunidades que puede representar la transición hacia una economía baja en carbono. 

Así, la metodología está diseñada para aprovechar los conocimientos, procedimientos, y modelos de evaluación existentes y ya utilizados por los bancos; permitir una mejor evaluación del riesgo —y oportunidades potenciales— que puedan producirse en el futuro en relación a los escenarios de cambio climático; permitir que las instituciones examinen el riesgo y las oportunidades en los distintos escenarios geográficos y sectoriales y ofrecer ideas más allá del horizonte habitual de los test de estrés, determinado en 2-3 años.

Christian Thimann, copresidente de UNEP-FI y vicepresidente del TCFD, ha destacado que “cuando publicamos nuestras recomendaciones hace menos de un año, estuvimos debatiendo sobre si los bancos y otras instituciones financieras podrían tener un papel no solo en la aplicación de recomendaciones relacionadas con el clima, sino también como creadores y emisores de tales recomendaciones. Lo hicimos para poner énfasis en el papel clave que las instituciones financieras deberán desempeñar para salvaguardar la estabilidad financiera y financiar una economía baja en carbón”. “Eso es fácil de entender. La parte difícil es encontrar formas efectivas para que las entidades financieras las hagan suyas, las apliquen y las difundan de manera efectiva. Estoy agradecido por la contribución que este grupo de bancos hace para lograrlo”, añade. Para Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable en BBVA, “este es un hito clave para comprender mejor cómo el cambio climático impacta la actividad bancaria. Estamos muy orgullosos de ser parte de un esfuerzo colectivo promovido por UNEP-FI para establecer los fundamentos de una metodología abierta que será utilizada por toda la industria en todo el mundo”.

La metodología está disponible en la página web de UNEP-FI

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