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Así de contundente se mostró su gobernador, François Villeroy, en la Conferencia de Supervisores sobre Riesgo Climático. Unos días antes, el banco central francés había publicado una carta en la anuncia que aumenta su compromiso con la Inversión Socialmente Responsable (ISR).

Entre otros aspectos, señala que "la mitigación de los riesgos ambientales contribuye a su tarea de salvaguardar la estabilidad financiera". También recuerda que ha incluido cuatro compromisos clave en su plan "Ambiciones para 2020" que son: educación y cultura, economía y ciudadanos, medio ambiente y buen gobierno.

Esta institución afirma que esta decisión "refleja el objetivo del Banco de ser ejemplar en la inclusión de la RSE en todas sus formas: económica, social y ambiental, aplicado a su papel de inversor institucional". Esto incluye toda su cartera propia, incluyendo planes de pensiones y fondos de inversión. Así, explica que dado que su estrategia de gestión de activos propios está orientada a garantizar su crecimiento y mitigar cualquier riesgo, "ha decidido profundizar en sus análisis y formalizar la inclusión de factores ISR (ESG por sus siglas en inglés: Environmental,
Social and Governance) en todas sus decisiones de inversión". Y añade que, de hecho, la experiencia y los estudios académicos muestran que estos factores pueden tener un impacto en los riesgos y la rentabilidad de las inversiones".

En lo que se refier al respeto de los derechos humanos, el Banco de Francia no invertirá en deuda pública o semipública de un país o de una compañía registrada en el mismo si no se respeta la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este sentido, no invertirá en empresas que no respetan las convenciones de Ottawa (1999) y Oslo (2010). Dichas convenciones prohíben el uso, almacenamiento, producción y venta de minas anti personas y bombas de racimo. Excluye toda inversión que pueda significar apoyo al blanqueo de capitales o financiación del terrorismo, la corrupción y los paraísos fiscales. Y manifiesta que velará por el cumplimiento de los principios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), "en particular el respeto a la libertad de asociación y derecho de negociación colectiva, la eliminación del trabajo forzoso y obligatorio para los niños y cualquier discriminación en el empleo. Por último, apoyará iniciativas para proteger el medio ambiente y la transición energética. Y recuerda que ya no invierte en empresas mineras ni productores de energía basada en carbón que obtengan más del 20% de sus ingresos procedentes del mismo.

También se compromete a se compromete a publicar la información no financiera, en particular la relacionada con el impacto de los cambios ambientales.

Poco después de publicarse este compromiso, su gobernador, François Villeroy, acudía, el 6 de abril, a la Conferencia Internacional de Supervisores sobre Riesgo Climático celebrada en Ámsterdam. Y empezaba su discurso con una curiosa frase: "¿Podríamos encontrar un lugar mejor que Ámsterdam para organizar una conferencia sobre el cambio climático? A medida que los niveles del mar se elevan, las dos terceras partes del territorio de los Países Bajos son susceptibles de ser inundadas". En su opinión, el interés de los banqueros centrales y los supervisores en el cambio climático "no es una moda pasajera, es una convicción: la estabilidad climática es, a la larga, uno de los factores determinantes de la estabilidad financiera".

Villeroy recordó que el pasado mes de diciembre, el Banco de Francia lanzó una Red de bancos centrales y supervisores para el "enverdecimiento" del sistema financiero, iniciativa pionera que actualmente reúne a nueve bancos centrales y supervisores de todo el mundo y que tiene previsto lanzar su primer informe en abril de 2019.

Respecto a los riesgos relacionados con el cambio climático, estableció dos prioridades que llamó "la foto y el vídeo". La foto es la identificación y publicación de todos los riesgos a los que está expuesto el sector financiero "Propongo que identifiquemos las mejores prácticas europeas y nos comprometamos progresivamente con un requisito obligatorio de transparencia en Europa", dijo el gobernador del Banco de Francia. En cuanto al "vídeo", sugirió hacer pruebas de resistencia al cambio climático, "carbon stress tests", tanto en compañías de seguros como en bancos. "Esta es obviamente una tarea compleja y difícil, pero es esencial. Hoy, podemos realizar análisis de sensibilidad para determinar el alcance de las pérdidas que las carteras de las instituciones financieras pueden sufrir en una serie de escenarios económicos. Pero uno de nuestros deberes será llevar a cabo más trabajos sobre dos cuestiones fundamentales: cómo traducir los escenarios de cambio climático en escenarios económicos que puedan ser utilizados en nuestras pruebas de estrés y evaluar el impacto de la probabilidad de incumplimiento en un horizonte de tiempo mucho más largo de lo habitual", añadió.

En cuanto a las inversiones, señaló que "nuestro objetivo es fortalecer el papel del sistema financiero, no solo en la gestión de riesgos sino también en la movilización de capital para inversiones verdes y de bajas emisiones de carbono" y sugirió que "la financiación verde requiere un entorno propicio para la innovación: debe fomentarse la titulación verde, los bonos verdes, los derivados verdes, las plataformas verdes de crowdfunding y la gestión de activos verdes".

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