Greenpeace EEUU acaba de publicar los resultados de su última edición de La guía verde de electrónicos. Un estudio en el que evalúa a las 17 principales empresas tecnológicas del mundo según su nivel de transparencia, rendimiento e iniciativa en tres áreas clave para encaminar este sector hacia la sostenibilidad: reducción de emisiones mediante energías renovables, uso de materiales reciclados y eliminación de sustancias químicas peligrosas.
"Las empresas tecnológicas aseguran ser las más innovadoras, pero sus cadenas de suministro siguen ancladas en la Revolución Industrial. Sabemos que pueden cambiar. En vez de seguir fomentando el cambio climático, las empresas tecnológicas deben liderar el cambio, así lo han hecho ya algunas como Google y Apple, cuyos centros de datos funcionan con renovables", ha declarado Julio Barea, portavoz de Greenpeace España.
Dicho análisis puntúa a las empresas desde la F(nota más negativa) pasando por la D, la C, la B, hasta la A(la más positiva). El estudio evidencia como las empresas tecnológicas tienen mucho que mejorar en cuanto a su Responsabilidad Social (RSE/RSC), pues no hay ninguna que alcance la A. Se pone de manifiesto que Fairphone y Apple le llevan la delantera a empresas como Samsung, Huawei y Amazon ya que estas últimas "son incapaces de responsabilizarse de su huella medioambiental".
Dell y HP siguen a Apple y Fairphone en el ranking con un bien alto (C+); Samsung, Huawei, Amazon y otras ocho empresas obtienen un aprobado (D) o suspenso (F). Compañías como Sony, Acer, Google, LG, Lenovo o Microsoft se encuentran entre la D y la C.
Según subraya Greenpeace EEUU, a pesar de la posición primordial que ocupa Samsung, al ser el mayor fabricante de smartphones y uno de los mayores proveedores de pantallas, su sistema de fabricación depende enormemente de los combustibles fósiles. En 2016 la empresa empleó más de 16.000 GWh de los cuales solo un 1% procedía de energía renovable.
A continuación se enumeran algunas de las conclusiones principales:
La ONG medioambiental solicita al sector tecnológico que se responsabilice del rápido crecimiento de su huella y sus efectos sobre el planeta: cambiando sus cadenas de suministro para que funcionen con energía renovable, diseñando unos productos más duraderos que empleen materiales reciclados para reducir el continuo y creciente consumo de minerales y otros recursos y desintoxicando sus productos y cadenas de suministro, buscando alternativas a las sustancias químicas peligrosas.