La ‘Declaración de Madrid’ fue firmada por los Gobiernos de España, Luxemburgo, Portugal, Grecia, Italia, Rumanía, Eslovenia, Malta, Bulgaria, Chipre y Suecia, dentro de la Cumbre ‘La Economía Social, un modelo empresarial para el futuro de la Unión Europea’, organizada por CEPES, Social Economy Europe y el Gobierno de España.
Los países firmantes, a los que próximamente pueden sumarse otros, solicitan a la Comisión Europea que la Economía Social ocupe un lugar prioritario dentro de las políticas comunitarias y “medidas concretas” a favor de su desarrollo.
La Declaración de Madrid refleja que “los valores comunes de la Economía Social, como la primacía de las personas y el objeto social sobre el capital, la gobernanza democrática y/o participativa, la reinversión de la mayoría de los beneficios para asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la empresa, la prestación de servicios a sus miembros y a las comunidades locales contribuyen activamente a la cohesión social y por tanto, a un crecimiento innovador, inteligente, sostenible e integrador, además de a la creación de empleo de calidad”.
La 'Declaracion de Madrid' también reivindica el fomento de la Economía Social desde las escuelas, la creación de mecanismos comunes de coordinación al más alto nivel en el marco de la UE y la inclusión de un Plan de Acción Unitario para la Economía Social 2018-2020 en el plan de trabajo de la Comisión Europea para 2018.
La ministra de Empleo y Seguridad Social del Gobierno de España, Fátima Báñez, firmó la Declaración de Madrid como impulsora el Grupo Informal de Gobiernos a Favor de la Economía Social, a la cual definió como “un estandarte de la marca España por su capacidad de crear y mantener el empleo, de innovar, competir y de hacer de la cohesión social un fundamento de sus valores más importantes".
Báñez aseguró que este sector empresarial es un "modelo de presente y de futuro porque pone el énfasis en lo importante, que son las personas". Además, afirmó que “es un modelo integrador e inclusivo", que se ha demostrado "imprescindible" tanto en los momentos de crecimiento como en los de "profunda crisis", ya que "gracias a él se protegió a las personas y se mantuvo la cohesión social".
El presidente de CEPES, Juan Antonio Pedreño, afirmó que “las empresas de la Economía Social permiten crear perspectivas económicas positivas para todos los ciudadanos de la Unión, que permitan salvaguardar nuestro modelo de vida y ofrecen mejores oportunidades”.
Además, Pedreño recordó que la Economía Social, según afirmó el Parlamento Europeo, es un pilar fundamental en términos de cohesión social y empleo en Europa y un motor de cambio frente a los retos a los que se enfrenta la Unión Europea”. “Por tanto”, añadió, es “un proyecto consolidado y compartido que debemos preservar y que ahora debe estar más unido que nunca”.
Las empresas de Economía Social, explicó Pedreño, “dan respuesta a los desafíos a los que se enfrentan los ciudadanos europeos, contribuyen a un crecimiento económico sostenible y para todos, crean empleos de calidad, están ayudando a reducir la desigualdad social, refuerzan la solidaridad entre los europeos y se preocupan por innovar en cada uno de sus proyectos empresariales”.
“Lo que fue una ráfaga en el siglo XIX, un eco en el XX, va a ser el modelo del siglo XXI”, así clausuró la conferencia La economía social, un modelo empresarial para el futuro de la Unión Europea la alcaldesa de Madrid. Las razones esgrimidas por Manuela Carmena para ese optimismo son las oportunidades “extraordinarias” que entrañan estas empresas en las que el beneficio económico no es el único factor en juego y en las que priman las personas y el fin social. “Quienes trabajan en la economía social, están haciendo invención social. Hablar de innovación no es solo hablar de tecnología. La historia del mundo nos demuestra que ha habido grandes inventos sociales, por ejemplo la Cruz Roja, que ha contribuido a que hoy seamos lo que somos”.