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Son departamentos que nacieron hace relativamente poco pero ahora no hay gran empresa que los obvie. Los DIRSE (directores de RSE) y los directores de Cumplimento son profesionales con distintos objetivos dentro de una compañía, sin embargo hay un punto en el que ambos coinciden

Los presidentes de DIRSE; Antoni Ballabriga, y de CUMPLEN; Carlos Sáiz, han debatido recientemente en el Auditorio de Reale Seguros en Madrid sobre los cada vez más consolidados roles tanto del dirse como del compliance officer en las organizaciones, moderados por Helena Redondo, socia y miembro del Comité Ejecutivo Mundial de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte.

Antoni Ballabriga se ha referido a la exigencia actual a los dirses de constituirse, desde la segunda línea de defensa de sus organizaciones, en una palanca de transformación empresarial decisiva, lo que se suma a su función de escucha las expectativas de los grupos de interés, de gestión los programas sociales y de comunicación de lo que la compañía hace en engagement con los clientes y el resto de stakeholders.

Ballabriga ha subrayado el papel retador de los dirses, que miran hacia el futuro y que deben trabajar junto con los compliance officers y otras funciones de la empresa en asegurar el cumplimiento de los compromisos en el presente, pero asumiendo la gobernanza del cumplimiento de todos los compromisos derivados de las políticas de RSE/RSC (Responsabilidad Social Empresarial/Corporativa) y la mitigación de riesgos reputacionales.

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Por su parte, Carlos Sáiz ha apuntado que tras la formación, profesionalización y aportación de valor, a los responsables de Cumplimiento Normativo les preocupa la creación de metodologías para trasladar lo positivo de su aportación, hoy recibida como una palanca de control y prevención.

En este sentido, ha afirmado que deben aprender mucho de los dirses, con los que coinciden en su mutua apuesta por pasar de ser etiquetados como costes a serlo como agentes de valor. Sáiz ha incidido especialmente en la necesidad de subrayar la autonomía de los responsables de Cumplimiento para evitar conflictos de interés y ha anticipado la publicación inminente de la segunda edición del estatuto profesional del compliance officer, actualmente abierto a consultas y aportaciones.

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