Organizado por ECODES e impartido por el Grupo Varda con la colaboración de la Fundación Biodiversidad y con el apoyo de la Fundación CAI-ASC, el curso “¿Cómo pueden las ONG incidir en los foros internacionales?: Cumbre de Río+20” ha pretendido que las organizaciones sociales, ambientales, humanitarias y de cooperación al desarrollo sean más eficaces a la hora de desencadenar estrategias ante la próxima cumbre de la tierra Río+20.
La Asamblea General de las Naciones Unidas acordó en diciembre de 2009 organizar para el 2012 una conferencia en Río de Janeiro (Brasil) que marcaría el vigésimo aniversario de la primera Cumbre de la Tierra de junio de 1992. Tanto en esta primera cumbre como en Johannesburgo en 2002, fue la movilización de la sociedad civil la que llevó a los gobiernos a participar al más alto nivel y a asumir compromisos dignos.
Las ONG españolas quieren que la nueva cita de Río en junio de 2012 sea una ocasión en la que se marque el camino hacia el futuro de la sostenibilidad, en la que se estudien propuestas y donde los gobiernos renueven su compromiso político con el desarrollo sostenible. “No queremos que sea un mero hecho conmemorativo, sino que sea un hito de cara al futuro”.
Uno de los objetivos para Río +20 sería que el PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) que hasta el momento tiene el estatus de programa y por lo tanto depende de las aportaciones económicas voluntarias de los países, pasase a ser una Agencia, en cuyo caso tendría una asignación fija (como por ejemplo la OMS, FAO, UNESCO, FMI, OIT). Esto supondría que los temas ambientales serían tratados en Naciones Unidas con la misma importancia que otros temas de desarrollo.
Otro de los objetivos sería que en estos momentos en los que el desarrollo sostenible ha sido desplazado de las agendas políticas por la crisis económica, la opinión pública entendiera que la manera de salir reforzados de esta crisis económica es mediante un cambio en el modelo de desarrollo, que está estrechamente vinculado con el momento económico que vivimos.
Para ello, otro objetivo sería explicar el concepto de economía verde como motor de desarrollo; un modelo de economía que integra los valores ambientales y sociales capaz de erigirse en uno de los pilares del motor económico. Río+20 podría ser la oportunidad para que el sector empresarial, las administraciones públicas y la sociedad civil se unieran para impulsar políticas de fomento de la economía verde.
Tras la cumbre de Copenhague en la que los líderes mundiales no adoptaron los compromisos esperados por la sociedad civil, Río +20 es una oportunidad para ser más útiles al planeta, pero para ello la sociedad civil deberá trabajar de manera conjunta y planificada, con una estrategia y unos objetivos claros.
Para ello las ONG (y también los gobiernos) tendrán que entregar sus aportaciones al Comité Preparatorio el próximo 1 de noviembre. Sobre esta documentación Naciones Unidas preparará el “borrador 0”.
Los 20 representantes de las ONG españolas que se dieron cita en Zaragoza contaron con la experiencia de Rémi Parmentier, miembro fundador de Greenpeace International y pionero desde los años 70 en acciones y movilizaciones en foros internacionales (Seattle 1999, Doha 2001, Johannesburgo 2002…) que compartió su experiencia y las herramientas desarrolladas a lo largo de los años para incidir en los foros internacionales.
También se contó con las intervenciones de Amparo Rambla, Consejera de Medio Ambiente y medio Rural y Marino, Embajada de España ante la República Italiana; Sonia Castañeda, Directora del Departamento Internacional de Fundación Biodiversidad; Javier García Breva, Presidente de la Fundación Energías Renovables; y Laura Martín, Directora de Sustainlabour