La economía circular persigue la reducción del consumo de recursos y está impulsada por la Unión Europea y el Gobierno de España con sendos planes de acción. Se basa en tres pilares: el ecodiseño para minimizar anticipadamente la generación de residuos y el impacto ambiental, en alargar y optimizar el uso de los productos y en la recuperación de valor una vez que éstos llegan al final de vida mediante la remanufactura, la reutilización y el reciclaje. Sin duda, la economía circular supone una transformación ineludible para combatir la escasez de recursos, la contaminación ambiental y el cambio climático y, en definitiva, desacoplar el crecimiento económico del consumo de recursos finitos.